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viernes, 30 de diciembre de 2016
Leyes Socialistas, humanistas y comunitarias Vs Leyes Capitalistas, mercantilistas e individualistas
Por: Bestalia Ibarra | Jueves, 14/01/2016 03:14 PM |
La ley del Régimen de Propiedad de las Viviendas de la Gran Misión Vivienda Venezuela, se fundamente y existe en lo dispuesto en el Decreto con Rango, valor y fuerza de Ley Orgánica de Emergencia para Terrenos y Vivienda en el año 2011.
Todas las Leyes que pretende imponer Julio Borges existen, la Ley del régimen de prestacional de Vivienda y Hábitat en el 2008, es una Ley Revolucionaria, la Ley Orgánica de emergencia para terrenos y viviendas de 2011, Ley Revolucionaria, y en la Ley de propiedad de Vivienda de la Gran Misión Vivienda Venezuela de abril de 2011, es una Ley Revolucionaria, por ello, la propuesta demagogia de Borges está fundamentada o en un gran desconocimiento sobre el tema o en manipulación o burla para engañar al pueblo.
¿Qué pretende Julio Borges creando una ley que ya existe sobre un mismo fin?; ¿Sabrá Julio Borges lo que establece esta Ley?, ¿Se tratará de una acto de Demagogia? ¿Sabrá que para derogar una ley de esta magnitud debe someter dicho cambio a un Referéndum por parte del Pueblo Venezolano?
Julio Borges y la bancada de la derecha hablan por la calle del medio sobre su principal objetivo: “Cambiar el modelo socialista, humanista, de igualdad, de equidad, de justicia social, de organización y Poder Popular para volver al modelo capitalista, hambreador, mercantilista, privatizador, neoliberalista y entreguista al imperialismo mundial”. Cuando Julio Borges expresa su tesis de darle propiedad a los beneficiarios de la Misión Vivienda, lo hace desde el concepto capitalista, mercantilista, donde la Cámara Inmobiliaria colocara los parámetros de compra-venta-hipoteca de la vivienda y el hábitat, se amasan las manos viendo en el millón de viviendas REALMENTE CONSTRUIDAS no MAQUETAS JULIO BORGES, como jugosos negocios, donde no quepa la menor duda que volverá la cuota Balón, donde día a día los intereses aumentaban al punto de tirar a la calle a miles de millones de familias quienes se veían imposibilitados de cancelar los intereses que multiplicaban por mil el costo inicial de sus viviendas.
Definitivamente Julio Borges engaña como solo ellos saben engañar a un sector de la población “desclasado”, no pueden tirar a la basura una ley que ya existe, que además es “Orgánica” por simple capricho y para que el sector empresarial que ellos representan vuelvan a hacer sus negocios, no cabe duda que ni siquiera se han tomado la molestia de leer la LEY DEL RÉGIMEN DE PROPIEDAD DE LAS VIVIENDAS DE LA GRAN MISIÓN VIVIENDA VENEZUELA, la cual en su Artículo 3 establece: “Las casas, apartamentos y otros inmuebles, construidos o por construirse, así como los terrenos asociados sobre los cuales se edificará la obra, destinados al cumplimiento de los objetivos de la Gran Misión Vivienda Venezuela y del Decreto con Rango, Valor y Fuerza de Ley Orgánica de Emergencia de Terrenos y Vivienda, podrán ser vendidos o enajenados como bienes individuales por el ejecutor o propietario, sólo de conformidad con lo previsto en esta ley. Los contratos de venta u otras formas de enajenación de las casas, de los apartamentos, y de los proyectos precedentemente aludidos, se declaran de posible e inexorable ejecución, en el sentido previsto en el Código Civil, presumiéndose que son de uso conforme” ¿A quién pretende engañar Julio “maqueta” Borges?¿Cómo así que los beneficiarios de la Gran Misión Vivienda Venezuela, no son dueños de sus viviendas? ¿Qué pretendes con tanta demagogia?
Sigamos analizando la Ley SOCIALISTA en su Artículo 4: Artículo 4°. “El Estado garantiza el derecho de propiedad familiar y multifamiliar, como manifestaciones concretas del derecho de propiedad constitucionalmente establecido. La Propiedad Familiar recae sobre las viviendas previstas en la presente normativa, que han de ser adecuadas, seguras, higiénicas y con servicios básicos esenciales. La Propiedad Multifamiliar recae sobre los terrenos, inmuebles y cosas comunes de las edificaciones antes mencionadas, de conformidad con las disposiciones previstas en la presente ley y demás normativa aplicable”. Esta ley procura la protección al núcleo familiar, a la comunidad como un todo, Julio Borges pretende volver a la propiedad horizontal, la que se hipoteca, la que ahorca al Pueblo, la que va en contra de lo establecido en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela en su Artículo 82. Con nuestras leyes socialistas, la vivienda no es una mercancía, debe ser un instrumento para afianzar la dignidad de la persona; la vivienda no puede ser “una cajita de fósforos” como lo eran en la Cuarta, la vivienda debe ser para todos y para todas; la vivienda debe ser uno de los elementos esenciales para vivir viviendo.
¿Por qué destruir una ley que busca la protección social de los más desposeídos como un todo integrado?
Primeramente porque ha sido un gran logro como política social del Gobierno Revolucionario, nadie puede negar la realidad de la construcción de viviendas, las vemos, las palpamos, por cada avenida que pasamos, pero duele ver a quienes siempre nos han tachado de “chusmas”, “esdientaos” “patas en el suelo” “marginales” ahora viven en zonas destinadas para lo que la derecha llama “Clase media ascendiente”, vemos viviendas de la Gran Misión en Montalbán, El Paraíso, San Martín, Avenida Lecuna, Avenida Universidad, Avenida Libertador, Avenida Bolívar, Avenida Andrés Bello, en Chacao, en Altamira… ¡¡¡OH NO QUE HORROR LOS POBRES NOS INVADEN!!!
¿Cómo pueden ir en contra de un proyecto con una misión tan integradora, humanista y equitativa?
Lo primero que la derecha cuestionó sobre la Gran Misión Vivienda Venezuela, era la baja calidad de la construcción, que si eran de cartón, que si venía un viento muy fuerte se desplomarían (tal cual el cuento de los tres cochinitos), que “que vainas tan feas y mal hechas”, que “esas vainas eran para chinos, no para venezolanos” y por último la frase que consagro a Julio “Maqueta” Borges como que “no existía tal Misión Vivienda, sino la Misión Maqueta” “Misión Maqueta de la que ahora pretendes adueñarte, para hacer de ella un negocio, llenarte tus bolsillos y la de los empresarios de la Cámara Inmobiliaria que te redacto tu ley capitalista. MISERABLE.
Para la ultraderecha su Ley Capitalista, de propiedad individualista y con sentido de lucro debe tener ganancia, el valor capitalista es la multiplicación por millones de veces lo que siempre han visto como una inversión en busca de lucro. ¿Qué es eso de Propiedad Social? ¿Qué es eso de Vivienda sin pago de inicial? ¿Qué es eso de vivienda regalada a los más necesitados? “NOSOTROS LOS CAPITALISTAS PRONTO VOLVEREMOS AL PODER POLÍTICO (CREEN ELLOS) Y DEBEMOS GARANTIZAR QUE TODAS LAS MISIONES SOCIALISTAS DESAPAREZCAN, YA QUE DICHAS MISIONES TIENEN COSTOS SOCIALES INSOSTENIBLES PARA NOSOTROS QUE VOLVEREMOS A IMPLANTAR EL SISTEMA CAPITALISTA, NEOLIBERALISTA, MERCANTILISTA…
“De aprobarse la ley de viviendas que pretende Julio Borges en la Asamblea Nacional, una vivienda de 75 mts cuadrados, tendría un costo de construcción estimado en 25.000 Bs/Mt2 o sea a precios de mercado, el costo social de esta sería Bs. 1.875.000,00. Si las mismas se entregan al sector inmobiliario nacional tal como la ultraderecha pretende, estas se venderían a Bs. 3.750.000,00 y me atrevería a decir que hasta el triple, para pagarla en 30 años a una tasa del 7% según ley, las cuotas mensuales quedarían en Bs. 24.948,84. En otro escenario, si te exigen el 30% de inicial, el beneficiario/a pagaría Bs. 1.125.000,00 de INICIAL y las cuotas quedarían en Bs/Mes. 17.796,84”, en base a lo descrito creerán los ilusos/as ¿Qué te entregarán tu título de propiedad de la misma, sin cancelas tú vivienda? Ponte a creer que el capitalismo hace negocios para perder o para no sacarle una buena tajada a lo que ellos siempre han llamado “Gasto Social”.
En la ley Capitalista que impulsa Julio “Maqueta” Borges también subyace el interés internacional de acabar con la ley establecida en Venezuela para la protección de los más humildes, de los desposeídos, de la población más vulnerada. Que exista en Venezuela una Misión que permita darle vivienda a los pobres con tantas garantías sociales, es “una raya” para aquellos países que siempre han visto la vivienda como negocio, donde las familias se suicidan por no tener como pagar los altos intereses de hipotecas ahorcadoras, donde se come de la basura porque entre comer y vivir en la calle se quedan sin alimentos para subsistir. La derecha venezolana y vende patria, lo único que quiere es volver al mercado financiero y corporativo bajo los parámetros del capitalismo internacional.
La Gran Misión Vivienda Venezuela, no puede seguir funcionando para el capitalismo nacional e internacional, porque los pobres no tienen permitido ligarse con la sangre de la clase media alta, deben establecerse en guetos, barracas, barrios, cerros, ranchos, pero en urbanizaciones diseñadas para la clase que nosotros hemos llamado privilegiada NO, NO, y mil veces NOOOOOO….
Estamos frente a un escenario de Guerra de leyes, de leyes capitalistas, mercantilistas, oportunistas, neoliberalistas, de los mismos que impulsaron la ley de créditos indexados y de las cuotas balón, sí; son los mismos que en el año 1996 se confabularon con las instituciones financieras, los mismos que se valieron de una Ley aprobada por el Congreso de la IV República, promovida por los defensores de la oligarquía, para otorgar préstamos para la compra de viviendas, cuyo precio original era reajustado mensualmente en función de la evolución de la inflación, la guerra es contra nuestras Leyes Socialistas, misioneras, humanistas, donde todos somos iguales ante las leyes, donde la organización y el poder popular tienen peso y valor desde nuestra Constitución hasta todas y cada una de las leyes creadas en Revolución.
La derecha apátrida, inhumana y clasista, va Contra la Gran Misión Vivienda Venezuela y contra todas las misiones socialistas que para ellos representan un gasto insostenible, van contra lo ideológico, la simbología, lo político…Ahora más que nunca estoy convencida de la implantación de bandas paramilitares en los nuevos urbanismos de la Gran Misión Vivienda por parte de la ultraderecha, debemos acabar con todo lo que daña nuestras políticas sociales y nuestras misiones, la derecha nacional e internacional no tienen límites, les importa un bledo la vida de los seres humanos, incubar la maldad para estigmatizar nuestros logros y convertir toda la carga positiva que está a los ojos del mundo del valor agregado de nuestro Sistema Socialista como salvación y preservación de la humanidad a que se vea como bueno un sistema capitalista, que le importa poco la salvación del mundo, que acaba con el globo terráqueo, que daña nuestras aguas, que fractura nuestros suelos sin importar cuantos terremotos acaben con vidas inocentes con tal de satisfacer su avaricia, su lucro, su ambición desmesurada..
Que comience la Guerra pues, cada ley creada en Revolución el Pueblo la defenderá a costa de nuestras propias vidas, ley que pretendan derogar, ley que deben someter a Referéndum, viviremos entonces de elección en elección, veremos si seguirán imponiendo a través de su demagogia, fraude y mentira su sistema Capitalista, ¡veremos quién gana la guerra!, si el Pueblo Unido y crecido en conciencia o una derecha clasista, desintegrada, individualista, puñalera y falsa, veremos si volverán a imponer en cada campaña refrendaria la mentira que impusieron en la Campaña parlamentaria, jamás olviden pueblo desclasado, estos que hoy te prometen darte propiedades a costa de cuotas impagables, son los mismos que te garantizaban que las últimas colas que harías sería la del 6-D para salir de este Gobierno y ahora cual caras de tablas niegan lo dicho y le atribuyen el problema y la solución solo al Gobierno, esos mismos que negarán el decreto de emergencia económica porque lo único que les interesa es ahorcar al pueblo, es que no acabe la guerra económica sino que se intensifique para de una vez y definitivamente acabar con nuestra Patria Socialista…
¡¡¡Chávez Vive, la Patria Sigue y el Pueblo venezolano no entregara sus logros sociales al Capitalismo Salvaje y apátrida…!!!
La ley del Régimen de Propiedad de las Viviendas de la Gran Misión Vivienda Venezuela, se fundamente y existe en lo dispuesto en el Decreto con Rango, valor y fuerza de Ley Orgánica de Emergencia para Terrenos y Vivienda en el año 2011.
Todas las Leyes que pretende imponer Julio Borges existen, la Ley del régimen de prestacional de Vivienda y Hábitat en el 2008, es una Ley Revolucionaria, la Ley Orgánica de emergencia para terrenos y viviendas de 2011, Ley Revolucionaria, y en la Ley de propiedad de Vivienda de la Gran Misión Vivienda Venezuela de abril de 2011, es una Ley Revolucionaria, por ello, la propuesta demagogia de Borges está fundamentada o en un gran desconocimiento sobre el tema o en manipulación o burla para engañar al pueblo.
¿Qué pretende Julio Borges creando una ley que ya existe sobre un mismo fin?; ¿Sabrá Julio Borges lo que establece esta Ley?, ¿Se tratará de una acto de Demagogia? ¿Sabrá que para derogar una ley de esta magnitud debe someter dicho cambio a un Referéndum por parte del Pueblo Venezolano?
Julio Borges y la bancada de la derecha hablan por la calle del medio sobre su principal objetivo: “Cambiar el modelo socialista, humanista, de igualdad, de equidad, de justicia social, de organización y Poder Popular para volver al modelo capitalista, hambreador, mercantilista, privatizador, neoliberalista y entreguista al imperialismo mundial”. Cuando Julio Borges expresa su tesis de darle propiedad a los beneficiarios de la Misión Vivienda, lo hace desde el concepto capitalista, mercantilista, donde la Cámara Inmobiliaria colocara los parámetros de compra-venta-hipoteca de la vivienda y el hábitat, se amasan las manos viendo en el millón de viviendas REALMENTE CONSTRUIDAS no MAQUETAS JULIO BORGES, como jugosos negocios, donde no quepa la menor duda que volverá la cuota Balón, donde día a día los intereses aumentaban al punto de tirar a la calle a miles de millones de familias quienes se veían imposibilitados de cancelar los intereses que multiplicaban por mil el costo inicial de sus viviendas.
Definitivamente Julio Borges engaña como solo ellos saben engañar a un sector de la población “desclasado”, no pueden tirar a la basura una ley que ya existe, que además es “Orgánica” por simple capricho y para que el sector empresarial que ellos representan vuelvan a hacer sus negocios, no cabe duda que ni siquiera se han tomado la molestia de leer la LEY DEL RÉGIMEN DE PROPIEDAD DE LAS VIVIENDAS DE LA GRAN MISIÓN VIVIENDA VENEZUELA, la cual en su Artículo 3 establece: “Las casas, apartamentos y otros inmuebles, construidos o por construirse, así como los terrenos asociados sobre los cuales se edificará la obra, destinados al cumplimiento de los objetivos de la Gran Misión Vivienda Venezuela y del Decreto con Rango, Valor y Fuerza de Ley Orgánica de Emergencia de Terrenos y Vivienda, podrán ser vendidos o enajenados como bienes individuales por el ejecutor o propietario, sólo de conformidad con lo previsto en esta ley. Los contratos de venta u otras formas de enajenación de las casas, de los apartamentos, y de los proyectos precedentemente aludidos, se declaran de posible e inexorable ejecución, en el sentido previsto en el Código Civil, presumiéndose que son de uso conforme” ¿A quién pretende engañar Julio “maqueta” Borges?¿Cómo así que los beneficiarios de la Gran Misión Vivienda Venezuela, no son dueños de sus viviendas? ¿Qué pretendes con tanta demagogia?
Sigamos analizando la Ley SOCIALISTA en su Artículo 4: Artículo 4°. “El Estado garantiza el derecho de propiedad familiar y multifamiliar, como manifestaciones concretas del derecho de propiedad constitucionalmente establecido. La Propiedad Familiar recae sobre las viviendas previstas en la presente normativa, que han de ser adecuadas, seguras, higiénicas y con servicios básicos esenciales. La Propiedad Multifamiliar recae sobre los terrenos, inmuebles y cosas comunes de las edificaciones antes mencionadas, de conformidad con las disposiciones previstas en la presente ley y demás normativa aplicable”. Esta ley procura la protección al núcleo familiar, a la comunidad como un todo, Julio Borges pretende volver a la propiedad horizontal, la que se hipoteca, la que ahorca al Pueblo, la que va en contra de lo establecido en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela en su Artículo 82. Con nuestras leyes socialistas, la vivienda no es una mercancía, debe ser un instrumento para afianzar la dignidad de la persona; la vivienda no puede ser “una cajita de fósforos” como lo eran en la Cuarta, la vivienda debe ser para todos y para todas; la vivienda debe ser uno de los elementos esenciales para vivir viviendo.
¿Por qué destruir una ley que busca la protección social de los más desposeídos como un todo integrado?
Primeramente porque ha sido un gran logro como política social del Gobierno Revolucionario, nadie puede negar la realidad de la construcción de viviendas, las vemos, las palpamos, por cada avenida que pasamos, pero duele ver a quienes siempre nos han tachado de “chusmas”, “esdientaos” “patas en el suelo” “marginales” ahora viven en zonas destinadas para lo que la derecha llama “Clase media ascendiente”, vemos viviendas de la Gran Misión en Montalbán, El Paraíso, San Martín, Avenida Lecuna, Avenida Universidad, Avenida Libertador, Avenida Bolívar, Avenida Andrés Bello, en Chacao, en Altamira… ¡¡¡OH NO QUE HORROR LOS POBRES NOS INVADEN!!!
¿Cómo pueden ir en contra de un proyecto con una misión tan integradora, humanista y equitativa?
Lo primero que la derecha cuestionó sobre la Gran Misión Vivienda Venezuela, era la baja calidad de la construcción, que si eran de cartón, que si venía un viento muy fuerte se desplomarían (tal cual el cuento de los tres cochinitos), que “que vainas tan feas y mal hechas”, que “esas vainas eran para chinos, no para venezolanos” y por último la frase que consagro a Julio “Maqueta” Borges como que “no existía tal Misión Vivienda, sino la Misión Maqueta” “Misión Maqueta de la que ahora pretendes adueñarte, para hacer de ella un negocio, llenarte tus bolsillos y la de los empresarios de la Cámara Inmobiliaria que te redacto tu ley capitalista. MISERABLE.
Para la ultraderecha su Ley Capitalista, de propiedad individualista y con sentido de lucro debe tener ganancia, el valor capitalista es la multiplicación por millones de veces lo que siempre han visto como una inversión en busca de lucro. ¿Qué es eso de Propiedad Social? ¿Qué es eso de Vivienda sin pago de inicial? ¿Qué es eso de vivienda regalada a los más necesitados? “NOSOTROS LOS CAPITALISTAS PRONTO VOLVEREMOS AL PODER POLÍTICO (CREEN ELLOS) Y DEBEMOS GARANTIZAR QUE TODAS LAS MISIONES SOCIALISTAS DESAPAREZCAN, YA QUE DICHAS MISIONES TIENEN COSTOS SOCIALES INSOSTENIBLES PARA NOSOTROS QUE VOLVEREMOS A IMPLANTAR EL SISTEMA CAPITALISTA, NEOLIBERALISTA, MERCANTILISTA…
“De aprobarse la ley de viviendas que pretende Julio Borges en la Asamblea Nacional, una vivienda de 75 mts cuadrados, tendría un costo de construcción estimado en 25.000 Bs/Mt2 o sea a precios de mercado, el costo social de esta sería Bs. 1.875.000,00. Si las mismas se entregan al sector inmobiliario nacional tal como la ultraderecha pretende, estas se venderían a Bs. 3.750.000,00 y me atrevería a decir que hasta el triple, para pagarla en 30 años a una tasa del 7% según ley, las cuotas mensuales quedarían en Bs. 24.948,84. En otro escenario, si te exigen el 30% de inicial, el beneficiario/a pagaría Bs. 1.125.000,00 de INICIAL y las cuotas quedarían en Bs/Mes. 17.796,84”, en base a lo descrito creerán los ilusos/as ¿Qué te entregarán tu título de propiedad de la misma, sin cancelas tú vivienda? Ponte a creer que el capitalismo hace negocios para perder o para no sacarle una buena tajada a lo que ellos siempre han llamado “Gasto Social”.
En la ley Capitalista que impulsa Julio “Maqueta” Borges también subyace el interés internacional de acabar con la ley establecida en Venezuela para la protección de los más humildes, de los desposeídos, de la población más vulnerada. Que exista en Venezuela una Misión que permita darle vivienda a los pobres con tantas garantías sociales, es “una raya” para aquellos países que siempre han visto la vivienda como negocio, donde las familias se suicidan por no tener como pagar los altos intereses de hipotecas ahorcadoras, donde se come de la basura porque entre comer y vivir en la calle se quedan sin alimentos para subsistir. La derecha venezolana y vende patria, lo único que quiere es volver al mercado financiero y corporativo bajo los parámetros del capitalismo internacional.
La Gran Misión Vivienda Venezuela, no puede seguir funcionando para el capitalismo nacional e internacional, porque los pobres no tienen permitido ligarse con la sangre de la clase media alta, deben establecerse en guetos, barracas, barrios, cerros, ranchos, pero en urbanizaciones diseñadas para la clase que nosotros hemos llamado privilegiada NO, NO, y mil veces NOOOOOO….
Estamos frente a un escenario de Guerra de leyes, de leyes capitalistas, mercantilistas, oportunistas, neoliberalistas, de los mismos que impulsaron la ley de créditos indexados y de las cuotas balón, sí; son los mismos que en el año 1996 se confabularon con las instituciones financieras, los mismos que se valieron de una Ley aprobada por el Congreso de la IV República, promovida por los defensores de la oligarquía, para otorgar préstamos para la compra de viviendas, cuyo precio original era reajustado mensualmente en función de la evolución de la inflación, la guerra es contra nuestras Leyes Socialistas, misioneras, humanistas, donde todos somos iguales ante las leyes, donde la organización y el poder popular tienen peso y valor desde nuestra Constitución hasta todas y cada una de las leyes creadas en Revolución.
La derecha apátrida, inhumana y clasista, va Contra la Gran Misión Vivienda Venezuela y contra todas las misiones socialistas que para ellos representan un gasto insostenible, van contra lo ideológico, la simbología, lo político…Ahora más que nunca estoy convencida de la implantación de bandas paramilitares en los nuevos urbanismos de la Gran Misión Vivienda por parte de la ultraderecha, debemos acabar con todo lo que daña nuestras políticas sociales y nuestras misiones, la derecha nacional e internacional no tienen límites, les importa un bledo la vida de los seres humanos, incubar la maldad para estigmatizar nuestros logros y convertir toda la carga positiva que está a los ojos del mundo del valor agregado de nuestro Sistema Socialista como salvación y preservación de la humanidad a que se vea como bueno un sistema capitalista, que le importa poco la salvación del mundo, que acaba con el globo terráqueo, que daña nuestras aguas, que fractura nuestros suelos sin importar cuantos terremotos acaben con vidas inocentes con tal de satisfacer su avaricia, su lucro, su ambición desmesurada..
Que comience la Guerra pues, cada ley creada en Revolución el Pueblo la defenderá a costa de nuestras propias vidas, ley que pretendan derogar, ley que deben someter a Referéndum, viviremos entonces de elección en elección, veremos si seguirán imponiendo a través de su demagogia, fraude y mentira su sistema Capitalista, ¡veremos quién gana la guerra!, si el Pueblo Unido y crecido en conciencia o una derecha clasista, desintegrada, individualista, puñalera y falsa, veremos si volverán a imponer en cada campaña refrendaria la mentira que impusieron en la Campaña parlamentaria, jamás olviden pueblo desclasado, estos que hoy te prometen darte propiedades a costa de cuotas impagables, son los mismos que te garantizaban que las últimas colas que harías sería la del 6-D para salir de este Gobierno y ahora cual caras de tablas niegan lo dicho y le atribuyen el problema y la solución solo al Gobierno, esos mismos que negarán el decreto de emergencia económica porque lo único que les interesa es ahorcar al pueblo, es que no acabe la guerra económica sino que se intensifique para de una vez y definitivamente acabar con nuestra Patria Socialista…
¡¡¡Chávez Vive, la Patria Sigue y el Pueblo venezolano no entregara sus logros sociales al Capitalismo Salvaje y apátrida…!!!
LA SEGURIDAD Y DEFENSA DE LA NACIÓN ES CORRESPONSABILIDAD DE TODO@S*
Todos los revolucionarios a defender la Patria!
*Cómo actuar*
Se debe ser natural, pero precavido, no debe enfrentarse, lo necesitamos vivo. Seamos los ojos y oídos de los entes de seguridad. Dedíquele tiempo y esfuerzo.
*Cuándo actuar*
Desde ya, la principal función es alertar a nuestra gente de seguridad. Apenas vea algo sospechoso, complete la información y denuncie. Hay una denuncia que sirve para evitar un acto vandálico y hay una para denunciar al responsable del acto ya perpetrado. Las dos son importantes de denunciar, pero tienen tiempos y receptores distintos
*Dónde actuar*
En su territorio, porque usted lo conoce y conoce su gente, se conocerá lo extraño, lo anormal.
*Con quién actuar*
Es mejor no andar solo, uno hace y el otro vigila, aunque solo también se logran buenos resultados manteniendo ambas funciones. Se debe haber hecho el enlace lo mas directo posible con los entes de seguridad y de su territorio para pasar la denuncia. Se denuncia a los entes de seguridad para evitar el acto vandálico y a los medios de comunicación, para denunciar responsables, hay que estar en las dos luchas, la de tierra y la mediática. Mucho cuidado con el uso de redes sociales, pues ud queda identificado, solo la batalla mediática a nivel general se debe librar por allí.
Candelita que se prenda!
Debemos apagarla!
*Cómo actuar*
Se debe ser natural, pero precavido, no debe enfrentarse, lo necesitamos vivo. Seamos los ojos y oídos de los entes de seguridad. Dedíquele tiempo y esfuerzo.
*Cuándo actuar*
Desde ya, la principal función es alertar a nuestra gente de seguridad. Apenas vea algo sospechoso, complete la información y denuncie. Hay una denuncia que sirve para evitar un acto vandálico y hay una para denunciar al responsable del acto ya perpetrado. Las dos son importantes de denunciar, pero tienen tiempos y receptores distintos
*Dónde actuar*
En su territorio, porque usted lo conoce y conoce su gente, se conocerá lo extraño, lo anormal.
*Con quién actuar*
Es mejor no andar solo, uno hace y el otro vigila, aunque solo también se logran buenos resultados manteniendo ambas funciones. Se debe haber hecho el enlace lo mas directo posible con los entes de seguridad y de su territorio para pasar la denuncia. Se denuncia a los entes de seguridad para evitar el acto vandálico y a los medios de comunicación, para denunciar responsables, hay que estar en las dos luchas, la de tierra y la mediática. Mucho cuidado con el uso de redes sociales, pues ud queda identificado, solo la batalla mediática a nivel general se debe librar por allí.
Candelita que se prenda!
Debemos apagarla!
Las 10 Estrategias de Manipulación Mediática
1. La estrategia de la distracción El elemento primordial del control social
es la estrategia de la distracción que consiste en desviar la atención del público
de los problemas importantes y de los cambios decididos por las elites políticas
y económicas, mediante la técnica del diluvio o inundación de continuas
distracciones y de informaciones insignificantes. La estrategia de la distracción
es igualmente indispensable para impedir al público interesarse por los
conocimientos esenciales, en el área de la ciencia, la economía, la psicología,
la neurobiología y la cibernética. ”Mantener la Atención del público distraída,
lejos de los verdaderos problemas sociales, cautivada por temas sin
importancia real. Mantener al público ocupado, ocupado, ocupado, sin ningún
tiempo para pensar; de vuelta a granja como los otros animales (cita del texto
‘Armas silenciosas para guerras tranquilas)”.
2. Crear problemas y después ofrecer soluciones. Este método también
es llamado “problema-reacción-solución”. Se crea un problema, una “situación”
prevista para causar cierta reacción en el público, a fin de que éste sea el
mandante de las medidas que se desea hacer aceptar. Por ejemplo: dejar que
se desenvuelva o se intensifique la violencia urbana, u organizar atentados
sangrientos, a fin de que el público sea el demandante de leyes de seguridad y
políticas en perjuicio de la libertad. O también: crear una crisis económica para
hacer aceptar como un mal necesario el retroceso de los derechos sociales y el
desmantelamiento de los servicios públicos.
3. La estrategia de la gradualidad. Para hacer que se acepte una medida
inaceptable, basta aplicarla gradualmente, a cuentagotas, por años
consecutivos. Es de esa manera que condiciones socioeconómicas
radicalmente nuevas (neoliberalismo) fueron impuestas durante las décadas de
1980 y 1990: Estado mínimo, privatizaciones, precariedad, flexibilidad,
desempleo en masa, salarios que ya no aseguran ingresos decentes, tantos
cambios que hubieran provocado una revolución si hubiesen sido aplicadas de
una sola vez.
4. La estrategia de diferir. Otra manera de hacer aceptar una decisión
impopular es la de presentarla como “dolorosa y necesaria”, obteniendo la
aceptación pública, en el momento, para una aplicación futura. Es más fácil
aceptar un sacrificio futuro que un sacrificio inmediato. Primero, porque el
esfuerzo no es empleado inmediatamente. Luego, porque el público, la masa,
tiene siempre la tendencia a esperar ingenuamente que “todo irá mejorar
mañana” y que el sacrificio exigido podrá ser evitado. Esto da más tiempo al
público para acostumbrarse a la idea del cambio y de aceptarla con resignación
cuando llegue el momento.
5. Dirigirse al público como criaturas de poca edad. La mayoría de la
publicidad dirigida al gran público utiliza discurso, argumentos, personajes y
entonación particularmente infantiles, muchas veces próximos a la debilidad,
como si el espectador fuese una criatura de poca edad o un deficiente mental.
Cuanto más se intente buscar engañar al espectador, más se tiende a adoptar
un tono infantilizante. Por qué? “Si uno se dirige a una persona como si ella
tuviese la edad de 12 años o menos, entonces, en razón de la
sugestionabilidad, ella tenderá, con cierta probabilidad, a una respuesta o
reacción también desprovista de un sentido crítico como la de una persona de
12 años o menos de edad (ver “Armas silenciosas para guerras tranquilas”)”.
6. Utilizar el aspecto emocional mucho más que la reflexión. Hacer uso
del aspecto emocional es una técnica clásica para causar un corto circuito en el
análisis racional, y finalmente al sentido critico de los individuos. Por otra parte,
la utilización del registro emocional permite abrir la puerta de acceso al
inconsciente para implantar o injertar ideas, deseos, miedos y temores,
compulsiones, o inducir comportamientos...
7. Mantener al público en la ignorancia y la mediocridad. Hacer que el
público sea incapaz de comprender las tecnologías y los métodos utilizados
para su control y su esclavitud. “La calidad de la educación dada a las clases
sociales inferiores debe ser la más pobre y mediocre posible, de forma que la
distancia de la ignorancia que planea entre las clases inferiores y las clases
sociales superiores sea y permanezca imposibles de alcanzar para las clases
inferiores (ver ‘Armas silenciosas para guerras tranquilas)”.
8. Estimular al público a ser complaciente con la mediocridad.
Promover al público a creer que es moda el hecho de ser estúpido, vulgar e
inculto...
9. Reforzar la autoculpabilidad. Hacer creer al individuo que es solamente
él el culpable por su propia desgracia, por causa de la insuficiencia de su
inteligencia, de sus capacidades, o de sus esfuerzos. Así, en lugar de rebelarse
contra el sistema económico, el individuo se autodesvalida y se culpa, lo que
genera un estado depresivo, uno de cuyos efectos es la inhibición de su acción.
Y, sin acción, no hay revolución!
10. Conocer a los individuos mejor de lo que ellos mismos se conocen.
En el transcurso de los últimos 50 años, los avances acelerados de la ciencia
han generado una creciente brecha entre los conocimientos del público y
aquellos poseídas y utilizados por las elites dominantes. Gracias a la biología,
la neurobiología y la psicología aplicada, el “sistema” ha disfrutado de un
conocimiento avanzado del ser humano, tanto de forma física como
psicológicamente. El sistema ha conseguido conocer mejor al individuo común
de lo que él se conoce a sí mismo. Esto significa que, en la mayoría de loscasos, el sistema ejerce un control mayor y un gran poder sobre los individuos,
mayor que el de los individuos sobre sí mismo.
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Texto que se le atribuye a Noam Chomsky, pero cuyo verdadero autor es el
francés Sylvain Timsit. El documento fue publicado por primera vez en francés,
en el año 2002, con el título original "Stratégies de manipulation", en la web
syti.net.
De todas formas el texto esta basado en la decodificación del documento
titulado ARMAS SILENCIOSAS PARA GUERRAS TRANQUILAS publicado como
anexo en el libro “Behold a Pale Horse” de William Cooper, 1991
La crisis en Venezuela: contexto y perspectivas
Por: Jorge Forero | |
La revolución bolivariana en el ojo del huracán
7 Los grupos paramilitares es la manera genérica en que son denominadas algunos ejércitos mercenarios cuya acción multiagencial se dirige hacia el control político-militar, económico y cultural sobre territorios y mercados.
La existencia
de ingentes reservas de materias primas estratégicas para el mercado
mundial, tales como el petróleo, el gas, el oro, el coltán; la presencia
de abundantes recursos hídricos, forestales y de biodiversidad; así
como la importancia política asumida a partir de la revolución
bolivariana, hacen que Venezuela sea un espacio vital en los conflictos
geopolíticos globales de la actualidad.
Venezuela enfrenta en la actualidad la agudización de la lucha de clases, la cual se torna explícita ante la intensificación de un golpe de espectro completo
(Ceceña, 2014), cuya finalidad es la aniquilación material y simbólica
de la revolución bolivariana, como condición para la restauración
definitiva de la hegemonía política de los EEUU, y su lógica de
neocolonización, sobre los recursos naturales, los mercados y la fuerza
de trabajo del hemisferio.
Presión
financiera mediante agencias de capital ficticio; bloqueo financiero y
económico; invasión del territorio y del tejido social por parte de
ejércitos mercenarios; hostilidades diplomáticas encabezadas por los
EEUU; así como una feroz guerra psicológica para socavar la subjetividad
del pueblo venezolano y de manera simultánea, satanizar mediante la
tergiversación o la exageración la situación venezolana en el ámbito
internacional, son las manifestaciones más explícitas de ese ataque.
Las evidencias
empíricas y el análisis de las relaciones de poder que determinan esa
guerra, demuestran que la misma es dirigida y financiada desde los
centros de poder del capital monopólico trasnacional. Las expresiones
concretas de la misma, permiten concluir que no es una guerra contra el
gobierno del Presidente Nicolás Maduro, sino una guerra contra la
Nación, con mayor énfasis contra el proletariado venezolano (en su
diversidad y heterogeneidad), sujeto social e histórico del proceso
denominado de manera genérica revolución bolivariana.
Se trata de una
guerra multidimensional contra el pueblo bolivariano, pues éste se
erigió como referente contra hegemónico respecto a los intereses
estratégicos de los EEUU, sobre la base de: su oposición ante el
neoliberalismo; la reconstrucción de una narrativa socialista y
antiimperialista en el debate político mundial; y la promoción de un
nuevo paradigma de democracia radical.
La revolución
bolivariana tuvo la capacidad de producir un ciclo de gobiernos
progresistas (Zibechi, 2015), que logró contener –de manera parcial y
temporal- el dominio absoluto de los EEUU en la región, mediante: la
derrota del ALCA; un imaginario político anti neoliberal que favoreció
el ascenso de gobiernos progresistas en América Latina; así como la
creación de organismos multilaterales como el ALBA, la UNASUR y la
CELAC.
Raíces de la crisis
La crisis
venezolana forma parte orgánica de la crisis estructural del sistema del
capital (Mézsarós, 2009). La caída del producto interno bruto y la
contracción del mercado nacional, obedecen a una tendencia
económica de alcance global, condicionada por la necesidad de ampliar
los circuitos del capital mediante el usufructo de los recursos
naturales localizados en la periferia.
La caída
estrepitosa del precio del petróleo en el mercado internacional, con la
consecuente reducción del ingreso petrolero, y sus nefastas
repercusiones, además de hacer explícita la relación de dependencia de
Venezuela respecto al mercado capitalista, ha derivado en la
precarización de las condiciones materiales de la clase trabajadora
venezolana.
El crecimiento
económico y los invaluables logros sociales alcanzados durante los
gobiernos sucesivos de Hugo Chávez (1999-2013), se sustentaron en un
modelo que resultó inestable, en la medida en que su base material
estaba condicionada por un factor exógeno: el precio del petróleo en el
mercado internacional1.
El reflujo de
la avanzada pos neoliberal liderada por Venezuela, esboza una nueva
configuración en la correlación de fuerzas del continente, y también es
resultado de la contraofensiva estratégica de los EEUU en América latina2, dirigida a recuperar su dominio en su patio trasero, en contraposición al crecimiento de la influencia del eje China-Rusia desarrollado durante los últimos años.
Breve caracterización de la situación actual
El triunfo de
la derecha en las elecciones legislativas del 6 de diciembre de 2015,
además de marcar un hito de ruptura en la hegemonía del chavismo, es una
expresión del descontento de la población por la grave situación
económica, signada por la combinación de fenómenos como el déficit de
abastecimiento en bienes de primera necesidad, prácticas de usura
generalizada, y una situación de hiperinflación.
La economía
venezolana ha profundizado sus contradicciones y sus distorsiones
durante los últimos años. Tal y como sucede en los países dominados por
el neoliberalismo, se ha producido una desregularización financiera3,
y más grave aún, se ha creado un mercado paralelo (ilegal), que
permite la captación de astronómicas tasas de ganancia, lo cual ha
destruido la política de control de precios y subsidios implementada por
el gobierno4.
Una de las
variables que han condicionado la acentuación de la crisis, es la
sobrevaluación de la moneda venezolana que se lleva a cabo mediante un
control de cambio con profundas debilidades y agudas contradicciones, el
cual, además de amparar una fuga astronómica de capitales hacia manos
privadas; significó un deterioro notable del aparato productivo
nacional, en la medida en que se estimuló una cultura importadora, con
nefastas repercusiones para la industria en tiempos de bonanza, y para
el comercio en tiempos de crisis (Sutherland, 2016).
El escenario se
torna más adverso ante el complot económico y financiero que se ejecuta
desde carteles financieros que controlan gran parte del comercio
internacional, así como de calificadoras de riesgo de inversión;
agencias que atacan la economía nacional sobre la base de flujos
monetarios provenientes del narcotráfico (tales como Dólar Today);
empresas que ejercen monopolios sobre productos de primera necesidad y
elevado consumo en el mercado nacional; y desde empresas trasnacionales
que han paralizado la producción y desmantelado sus filiales en
Venezuela5.
También por la
centrífuga de capitales que se produce en las zonas fronterizas, con
base en el contrabando de extracción de combustibles, minerales,
mercancías subsidiadas, y bienes de capital (éstos últimos importados a
tasas preferenciales). En el caso particular de la frontera
colombo-venezolana, nos encontramos ante un conflicto trasnacional, que
ha determinado pugnas por el control territorial y los mercados del
espacio fronterizo, en virtud de su importancia geopolítica, y de los
procesos de acumulación de capital que se producen en el mismo, cuya
base material es la renta petrolera venezolana y el negocio trasnacional
del narcotráfico6, con amplia influencia de los grupos paramilitares7.
La gravedad de
la situación económica se combina con la polarización política (en un
escenario que dejó de ser favorable para las fuerzas bolivarianas), y
configura una realidad convulsa e inestable. El chavismo conserva el
poder político, en primer lugar por las contradicciones internas de la
oposición; en segundo lugar porque los sectores concentrados en la
autodenominada Mesa de la Unidad Democrática (MUD) no tienen la
capacidad de ofrecer un proyecto que garantice sostener los logros
sociales alcanzados en el marco de la revolución bolivariana8.
Y en tercer
lugar porque el sujeto social con la potencia necesaria para producir un
cambio cualitativo, es la clase trabajadora, en cuyo espectro, persiste
con fuerza el chavismo militante9
-con una capacidad orgánica notable-, el cual aún espera –esperamos-
que el gobierno del presidente Nicolás Maduro le de continuidad al
proyecto histórico-político del presidente Hugo Chávez.
Precisamente la
diversidad de experiencias de organización popular para el
autogobierno, y para la defensa de los intereses de la clase
trabajadora, construidas bajo el espectro de ese chavismo militante (en
su versión irreverente-crítica-radical), constituyen una esperanza de
emancipación auténtica para el pueblo venezolano.
Perspectivas del conflicto
Los sectores de
poder en Venezuela enfrentan los siguientes escenarios: desde el
gobierno del presidente Nicolás Maduro hay dos opciones: la prolongación
del enfoque reformista y de la política de concesiones al capital para sobrevivir en
el poder (dinámica insostenible incluso en el mediano plazo); o
impulsar una salida revolucionaria mediante la profundización del
proceso de cambios.
Por otra parte,
desde los sectores de derecha la dicotomía se centra en: asumir el
gobierno por la vía democrática e implementar un ajuste estructural de
signo neoliberal (que acentuaría las tensiones y produciría un escenario
de ebullición idóneo para una revolución social); o seguir en la
búsqueda de una salida violenta, a través de una guerra civil que derive
en una intervención extranjera (por la composición de clases y las
contradicciones intersubjetivas de las Fuerzas Armadas en Venezuela es
casi imposible un golpe de Estado militar tradicional), para instaurar
por la fuerza un estado de conmoción que permita extinguir las
resistencias que potencialmente pudieran surgir entre las clases
subalternas.
En el campo de
la clase trabajadora, la única opción emancipadora consiste en
interpretar correctamente un momento de gran complejidad, de tal manera
de desmitificar el haz de fuerzas que determinan la crisis (en la que no
se puede perder de vista que la situación actual maximiza las ganancias
a costa del trabajo sobre-explotado), y derrotar las narrativas que
señalan al socialismo como el origen de la misma10.
Los avances alcanzados en Venezuela durante la revolución bolivariana
se encuentran en riesgo. La restauración neoliberal es inminente si el
pueblo venezolano no resiste la guerra total que desarrolla el
imperialismo, y asume la contraofensiva.
Por
tanto, la lucha política debe trascender la polarización electoral,
porque esta oculta la naturaleza de las contradicciones esenciales, las contradicciones de clase.
El pueblo venezolano debe reconocer que es la ofensiva del capital la
que ha determinado el despojo de la renta nacional y la precarización de
las condiciones de vida de la inmensa mayoría de la población. Para
comprender que el problema no se resuelve con reformas, sino con una
transformación estructural del modo de producción-distribución- consumo,
con un cambio cualitativo de las relaciones sociales, con la
destrucción del Estado burgués, con la materialización de una sociedad
sin explotados y explotadas.
¡La lucha es de
clases! La carga histórica de la crisis, demuestra que el
neoliberalismo pretendidamente ilustrado de los “IESA boys11”; la democracia fallida de los adecos y los copeyanos12;
y el reformismo pequeño burgués (impregnado en el mejor de los casos de
buenas intenciones, pero de profundas lagunas) que domina a la clase
dirigente venezolana en la actualidad: no podrán superar las
contradicciones que impone el inminente colapso del sistema del capital,
y el legítimo derecho de los pueblos de luchar por una vida digna.
Ante la
realidad actual, se precisa de un instrumento político revolucionario,
de una vanguardia (una entidad colectiva y ligada orgánicamente con las
bases sociales), que tenga la audacia táctica y la claridad estratégica
para reconocer la naturaleza de las contradicciones y avanzar hacia la
construcción de poder obrero-campesino-comunal, mediante la
consolidación de las experiencias existentes, y la promoción de nuevos
espacios de resistencia y lucha.
El derrumbe del
sistema del capital que amenaza al orden mundial, va a acelerar e
intensificar la lucha de clases, en ese contexto, la historia le ha
impuesto al bravo pueblo venezolano, la tarea de resistir y de seguir
dando luces a los pueblos oprimidos del mundo.
La catástrofe
del capitalismo, y su modelo depredador, además de mantener en la
opresión a la inmensa mayoría de la humanidad, está destruyendo las
condiciones mínimas de vida en el planeta. Por tanto, hoy más que nunca,
resulta imprescindible tomar partido ante la dicotomía histórica:
Socialismo o Barbarie…
Referencias:
-
Ceceña, 2014. Los golpes de espectro completo. Disponible en: Ceceña, Ana (2014), Los golpes de espectro completo. En: Reordenando el continente. Revista: América latina en movimiento. N° 495. Disponible en: http://www.alainet.org/
publica/495.phtml - Mészarós, 2009. La crisis estructural del capital. MINCI, Caracas.
-
Sutherland, 2016. Crisis económica del 2016: causas, derroche, ciclos, ajuste económico y perspectivas. Disponible en: http://www.aporrea.org/
actualidad/a233278.html -
Zibechi, 2015. Se acelera el fin del ciclo progresista. Disponible en: http://www.jornada.unam.mx/
2015/10/30/opinion/021a1pol
*Jorge Forero es Profesor e Investigador
Militante del Movimiento UNÍOS
Twitter: @jorgeforero89
1 Cuya caída estuvo determinada
por: La contracción del consumo de energía por parte de China e India;
las tensiones geopolíticas de Irán y Arabia Saudita; el control del
Estado Islámico sobre una proporción de los hidrocarburos de Iraq y
Siria; el aumento exponencial de las reservas de petróleo en los EEUU.
2 Que marcó un hito de avance
sostenido desde el golpe de Estado en Honduras en el año 2007, y que se
profundizó a través de una política estratégica de largo plazo,
implementada de forma progresiva mediante instrumentos como los Tratados
Binacionales de Libre Comercio, el posicionamiento de instalaciones
militares en territorios de especial interés, la creación de organismos
como la Alianza del Pacífico, la
recuperación de espacios de influencia con el retorno de gobiernos
conservadores en Brasil y Argentina, y por último, las alianzas de libre
comercio de signo transcontinental y transoceánico.
3 Determinada por una política
absurda de mantener tasas de cambio diferenciadas –notablemente
asimétricas- en la relación Bolívar-Dólar norteamericano. Este
diferencial genera una situación de sobre-explotación de la fuerza del
trabajo, y de pauperización de la calidad de vida de la población (que
incluso atenta contra las posibilidades de reproducción social), en
virtud de que el salario se calcula a la tasa DIPRO, avaluada en 10
bolívares por dólar americano; pero la mayor proporción de los bienes y
servicios en el mercado nacional se cotizan hoy 08 de diciembre de 2016,
en valores equivalentes a las tasas DICOM, de 668 bolívares por dólar
americano; y en la página Dólar Today, de 4261 bolívares por dólar
americano.
5 Ante la situación económica
se ha reducido el flujo de divisas otorgadas a tasas preferenciales
(sobrevaluadas) a esas empresas. En el mejor de los casos, dichas
empresas adquirieron dólares de origen petrolero asignados por el Estado
venezolano (a precios insignificantes), y vendían sus mercancías con
elevadas tasas de ganancia. Mientras que en otros casos, se produjo un
saqueo de la riqueza nacional, a través de importaciones ficticias,
compras fraudulentas de mercancías de baja calidad a precios de mercado
internacional, y la exportación ilegal de capitales.
6 No es casual que la página
Dólar Today use como referencia de su tasa a la ciudad de Cúcuta, como
enclave financiero, y que incluso, haya creado una nueva tasa denominada
Dólar Cúcuta.7 Los grupos paramilitares es la manera genérica en que son denominadas algunos ejércitos mercenarios cuya acción multiagencial se dirige hacia el control político-militar, económico y cultural sobre territorios y mercados.
8 A pesar de las condiciones
adversas para el gobierno, los sectores de derecha agrupados en la MUD
dilataron de manera premeditada el proceso para la convocatoria a
referendo revocatorio (instrumento previsto en la Constitución
venezolana) , con la finalidad posicionar la matriz de que el gobierno
autoritario y dictatorial –ese mismo que acepta una derrota contundente
en las elecciones legislativas de 2015-, obstaculiza el ejercicio de la
democracia y viola la carta magna venezolana. Esa jugada táctica produce
al menos dos situaciones que favorecen a la derecha, pues se
atizan las tensiones políticas internas como medio para producir
desestabilización; y se usan como pretexto para presionar a Venezuela en
la comunidad internacional (como en los casos recientes dados en la OEA
y en Mercosur).
9 Se trata de un bloque
heterogéneo, con ubicuidad territorial y capacidad de cohesión en torno
al imaginario radical de la revolución bolivariana. Cuyo peso específico
ha determinado la correlación de fuerzas en los últimos procesos
electorales, por ejemplo en abril y diciembre de 2013 garantizó dos
sendas victorias del chavismo; y en 2015, su desmovilización y
abstención derivó en la primera victoria política nacional de la derecha
desde 1999.
10 En Venezuela nunca se
instauró el programa mínimo de la transición al socialismo. Lo que hubo
fue un gobierno que desarrolló una política de distribución de la renta
nacional, así como algunas medidas de estatización parcial de algunos
sectores de la economía nacional.
Cuidado con la propaganda de guerra camaradas.
Acá unos tips del "GRUPO DE INVESTIGACIÓN Heriberto Gonzalez" para el contraataque, en el plano Alienante.
Recordemos este procedimiento de manera rápida y previa a difundir mensajes por las redes sociales.
1)Leo el mensaje y lo paso por el filtro de la "desconfianza propia" es decir me pregunto ¿será cierto? (el mecanismo mas poderoso que existe).
2)Identifico su fuente desde lo mas originario de quien lo emite y separo rápidamente de la siguiente manera: ¿amigo o enemigo?,
¿enano o gigante?,
¿Medio de comunicación privado o popular?
3)Si logro identificar en el mensaje frases y palabras como: muerte, salida, progreso, incapacidad, escasez, dictador, bruto, revélate, toma Caracas, Etc..OJO es un mensaje elaborado en laboratorio del pensamiento ¡cuyo campo de batalla es tu cerebro!
4) Una vez realizada la identificación anterior ya no hace falta consultar su veracidad. No lo reproduzca ni a su amig@ de confianza, pues ese es el objetivo claro del mensaje es generar la duda en ud, para que en medio de su duda por muy camarada que ud sea lo reproduzca.
5) La propaganda de guerra que busca generar en ud básicamente estados distintos a su personalidad habitual, o consiente; se basa en la "duda" que en momentos políticamente cruciales, es un arma de doble filo contra el proceso revolucionario.
5) clave una estocada final al mensaje: si ud ya lo leyó el mensaje ya se fijo en su mente, es decir ya hay un punto en nuestra contra. Entonces simplemente revierta el mensaje haciendo una pausa en su mente y convierta el mismo en frases positivas, de avanzada y buena vibra interna que se convertirá en buenas vibras para su familia-escuela-colectivo-sociedad...ese es el mejor mensaje que podemos difundir por redes sociales.
Recordemos este procedimiento de manera rápida y previa a difundir mensajes por las redes sociales.
1)Leo el mensaje y lo paso por el filtro de la "desconfianza propia" es decir me pregunto ¿será cierto? (el mecanismo mas poderoso que existe).
2)Identifico su fuente desde lo mas originario de quien lo emite y separo rápidamente de la siguiente manera: ¿amigo o enemigo?,
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3)Si logro identificar en el mensaje frases y palabras como: muerte, salida, progreso, incapacidad, escasez, dictador, bruto, revélate, toma Caracas, Etc..OJO es un mensaje elaborado en laboratorio del pensamiento ¡cuyo campo de batalla es tu cerebro!
4) Una vez realizada la identificación anterior ya no hace falta consultar su veracidad. No lo reproduzca ni a su amig@ de confianza, pues ese es el objetivo claro del mensaje es generar la duda en ud, para que en medio de su duda por muy camarada que ud sea lo reproduzca.
5) La propaganda de guerra que busca generar en ud básicamente estados distintos a su personalidad habitual, o consiente; se basa en la "duda" que en momentos políticamente cruciales, es un arma de doble filo contra el proceso revolucionario.
5) clave una estocada final al mensaje: si ud ya lo leyó el mensaje ya se fijo en su mente, es decir ya hay un punto en nuestra contra. Entonces simplemente revierta el mensaje haciendo una pausa en su mente y convierta el mismo en frases positivas, de avanzada y buena vibra interna que se convertirá en buenas vibras para su familia-escuela-colectivo-sociedad...ese es el mejor mensaje que podemos difundir por redes sociales.
CHAVISMO Y REVOLUCIÓN. ¿QUÉ PASA EN VENEZUELA?
Por Reinaldo Iturriza, @ReinaldoI
http://goo.gl/aGtj0Y
1.- El chavismo como “hecho maldito”.
El chavismo es, para decirlo con John William Cooke, “el hecho maldito de la política del país burgués” (1). Cooke se refería, claro está, al peronismo, en un texto de 1967, pero la sentencia aplica para el caso venezolano.
Aluvional, policlasista, no es esto lo que lo define. Ni siquiera durante sus primeros años. El chavismo es, desde su gestación, un fenómeno “maldito” para la burguesía, porque aquello que le da cohesión no es su capacidad para aglutinar el descontento, sino su decidido antagonismo contra el statu quo. Antagonismo que adquirirá matices anticapitalistas con el paso de los años, al fragor de la lucha, y como lo asumirán de viva voz tanto Chávez como sus líneas de fuerzas más avanzadas.
Si a comienzos de los años cuarenta del siglo veinte, Acción Democrática significó el ascenso de la clase media emergente, que a su vez hizo posible la incorporación ordenada de las clases populares a la escena política, siempre subordinada a la burguesía nacional y sometida a la voluntad del capital transnacional, y con el propósito de sentar las bases de la democracia liberal burguesa (tarea que ya había adelantado Medina Angarita), en el caso del chavismo el protagonismo descansa casi siempre en las clases populares, bien por voluntad expresa de Chávez, bien porque el propio chavismo demanda mayor participación y más radicalidad. Ya no es el sujeto que interviene “ordenadamente”, sino uno que emplea sus fuerzas en la refundación de la República, empresa histórica que pronto se traduce en la imposición de límites a los poderes económicos, y en las progresivas conquistas de derechos, particularmente económicos, sociales y culturales.
Ese chavismo está vivo y coleando, a pesar de su apariencia muchas veces espectral, y de estar ausente de muchos de los análisis que se hacen sobre Venezuela. Omisión que obedece, con frecuencia, a la intención deliberada de continuar ignorando a los invisibles históricos, hoy sujetos políticos de un proceso de cambios revolucionarios, y otras veces a la ceguera de cierta izquierda que, impedida de ver realizada la revolución que siempre soñó, despacha como pesadilla la revolución que hacen los hombres y mujeres de carne y hueso. De nuevo, aplica para el chavismo lo que escribía Cooke a propósito del peronismo: “existe, está vivo y no será sepultado porque le disguste a los soñadores de la revolución perfecta, con escuadra y tiralíneas” (2).
Con sus errores y sus aciertos, con sus defectos y sus virtudes, el chavismo ha sabido orientarse cuando “los confidentes de la historia perdieron el rumbo, y siguen sin comprender cada vez que en lugar del análisis retrospectivo con incógnitas ya resueltas, tienen que resolverse en medio de los hechos presentes y sus enigmas, sus complicaciones, sus abanicos de hipótesis” (3), para insistir con Cook.
A contravía de quienes lo señalan como el culpable de imponer un “modelo fracasado”, del cual sería único e ilegítimo usufructuario, el chavismo es expresión de la crisis del capitalismo rentístico petrolero, y en particular de su correlato político. En cambio, las fuerzas económicas, políticas y sociales legatarias del capitalismo rentístico petrolero, que colapsara a finales de los años setenta del siglo veinte (el núcleo militar de lo que, a mediados de los noventa, se convertirá en un potente sujeto cívico-militar, comenzó a gestarse a comienzos de los ochenta), no han cesado un segundo en su empeño de derrotar la democracia bolivariana.
2.- La rebelión de las fuerzas económicas que controlan el mercado.
Desorientada y sobrepasada por las circunstancias, la burocracia política chavista ha abusado de tal forma del enunciado “guerra económica”, que se corre el riesgo de vaciarlo completamente de sentido, cuando lo que urge es producir sentido sobre el brutal ataque del que está siendo víctima la sociedad venezolana.
En parte, esta incapacidad para traducir políticamente la feroz avanzada de las fuerzas económicas contrarias a la revolución bolivariana, amén de los propios errores, explicaría el terreno ganado por la idea de que fenómenos como el desabastecimiento, la inflación o la escasez son responsabilidad del Gobierno nacional, cuando lo cierto es que la actual situación es consecuencia directa, en lo fundamental, del gobierno de facto que han impuesto las fuerzas económicas que controlan el mercado, fuerzas que tienen estrechos vínculos con la institucionalidad de un Estado que históricamente ha sido funcional a las elites.
La guerra económica no es un invento de Nicolás Maduro ni comienza con su gobierno (abril de 2013). De hecho, el término fue acuñado por el mismo Chávez. En una serie de trabajos claves para entender la realidad venezolana, la economista Pasqualina Curcio identifica “las dos principales estrategias” de la guerra económica: 1) “inflación inducida a través de la manipulación del tipo de cambio en el mercado paralelo e ilegal”; y 2) “el desabastecimiento programado mediante la manipulación de los mecanismos de distribución de bienes esenciales para la vida”. Estas estrategias son viables dadas las características de la economía nacional: 1) “concentración de la producción, de las importaciones y de la distribución de los bienes y servicios en pocas manos, es decir, la presencia de monopolios y oligopolios (especialmente en mercados de bienes de primera necesidad o requeridos en la producción y para el transporte)”; y 2) “la alta dependencia de las importaciones” (4).
Curcio identifica el inicio de la escalada contra la economía nacional, a través de la manipulación del tipo de cambio paralelo e ilegal, en julio de 2012, coincidiendo con el inicio de la campaña electoral presidencial. “A partir de agosto de 2012 se registró un cambio en la función de tendencia de la serie de datos, pasando a ser exponencial. Es decir, a partir de agosto de 2012 y de manera repentina se comienza a evidenciar un comportamiento atípico del tipo de cambio en el mercado paralelo, el cual no se corresponde con el registrado históricamente ni desde 1999, ni desde 1983” (5).
Si la variación promedio anual del tipo de cambio paralelo e ilegal entre 1999 (inicio del gobierno de Chávez) y 2011 había sido de 26%, entre 2012 y 2015 fue de 223%, comportándose de la siguiente manera: 31% en 2012 con respecto a 2011, 224% en 2013 en relación con 2012, 161% en 2014 respecto de 2013 y 475% en 2015 respecto a 2014.
Explica Curcio: “El tipo de cambio paralelo e ilegal muestra un patrón en su comportamiento. Resalta el hecho de que las variaciones intermensuales son positivas y cada vez mayores los meses previos a aquellos en los que se celebraron procesos electorales o en los que el pueblo venezolano vivió momentos de alta tensión política. Inmediatamente después del evento político o de haber acudido a las urnas electorales, se registran variaciones que se van haciendo cada vez menores, aunque generalmente positivas, y en algunos casos llegan a ser negativas… Desde mediados de 2012 este patrón se ha intensificado. A partir de ese momento las variaciones fueron, la mayoría de las veces, positivas, pero además muy elevadas. El dólar paralelo e ilegal aumentó 10.940% entre agosto 2012 y junio 2015, pasando de 9,42 Bs/US$ a 1.040 Bs/US$. Las variaciones más altas se registraron los meses de octubre 2012 (momento que coincide con las elecciones presidenciales en las que vence Hugo Chávez), diciembre del mismo año (cuando se realizaron los comicios para elegir gobernadores en los 24 estados del país), abril 2013 (al realizarse nuevamente elecciones presidenciales como consecuencia del fallecimiento del presidente Hugo Chávez), diciembre 2013 (durante las elecciones municipales). A partir de finales del año 2013 el incremento del dólar paralelo ha sido sostenido y desproporcionado hasta enero de 2016” (6). El 6 de diciembre de 2015 se realizaron elecciones parlamentarias, en las que el chavismo resultó derrotado.
Este patrón de comportamiento del tipo de cambio paralelo e ilegal se asemeja al observado en los índices de inflación: entre 1998 y 2011 la tendencia es lineal, con un mínimo de 12,3% en 2001 y un máximo de 31,2% en 2002 (año del golpe de Estado y del paro-sabotaje económico), hasta que inicia un incremento exponencial en 2012. Así, la inflación en 2013 será de 56,2%, en 2014 ascenderá a 68,5%, hasta alcanzar 180,9% en 2015.
Curcio no sólo demuestra que el comportamiento del tipo de cambio paralelo e ilegal no guarda relación con el nivel de las reservas internacionales, la liquidez monetaria o la supuesta restricción en el flujo de asignación de divisas. Además, constata que entre 1999 y 2014, del total de ingresos en divisas, 98% de los cuales depende del petróleo, 65% se dedicó a la importación de bienes, y del total asignado a importaciones, 94% fue al sector privado.
Entre 1999 y 2013, las importaciones representaron el 35% del PIB. “Alrededor del 20% de los bienes importados se dirige al consumo final”, mientras que “el 58% corresponde a importaciones para el consumo intermedio, las materias primas e insumos necesarios para los procesos de producción”. Esto quiere decir que casi el 80% “de los bienes que importamos se incorporan a los procesos de producción y forman parte de las estructuras de costos de las empresas” (7).
Más grave aún, apenas un 3% de las unidades económicas registradas en el país controla las divisas para importaciones. Luego, “la referencia que tienen las empresas importadoras para fijar y convertir los precios a bolívares es el tipo de cambio. Es por ello que en Venezuela, el tipo de cambio es determinante sobre la economía real, ya que son los monopolios importadores los que tienen el poder de fijar los precios de los bienes, en su mayoría insumos para la producción. Aguas abajo en el proceso de producción los costos se van calculando con base en los precios de los bienes importados. El tipo de cambio sirve como marcador de los precios de los bienes que se producen y comercializan internamente” (8). La clave es: ¿qué tipo de cambio utilizan los monopolios importadores como referencia para fijar precios? El tipo de cambio paralelo e ilegal, que es 14,5 veces mayor que el valor real estimado de la moneda nacional.
En apretado resumen, de esta manera operan las fuerzas económicas que promueven activamente la guerra económica contra la sociedad venezolana, trayendo como consecuencia una drástica disminución del poder adquisitivo de la población. Además, Curcio demuestra que, contrario a lo que podría suponerse, la producción de los alimentos de mayor consumo no sólo no ha disminuido, sino que, al menos en el período que va desde el primer trimestre de 2012 al segundo trimestre de 2015, el consumo fue constante, tanto en los venezolanos de mayores recursos como en los de bajos recursos.
Curcio precisa que la práctica de desabastecimiento programado data de 2003, afectando a uno o pocos productos. Hasta 2013, en que la práctica se generaliza. “En el caso venezolano, desde 2003, los niveles de desabastecimiento no han guardado relación con los niveles de producción. Tanto la producción como la importación se han mantenido relativamente constantes. Por lo tanto, esa escasez, que se mide en los anaqueles de los establecimientos, está asociada a bienes que han sido producidos pero que no han sido colocados de manera regular, oportuna y en cantidades suficientes en los estantes de los establecimientos comercializadores… Los bienes, luego de múltiples dificultades e inconvenientes (largas colas o mayores precios en los mercados ilegales: ‘bachaqueo’) han sido adquiridos y consumidos por la población. En otras palabras, los bienes fueron producidos y también vendidos… las empresas han seguido produciendo, distribuyendo (con otras prácticas) y vendiendo” (9).
La rebelión de las fuerzas económicas que controlan el mercado está encabezada por la burguesía comercial importadora, cuya liderazgo ostentan los monopolios y oligopolios del sector alimentos. Las penurias que ha debido padecer el pueblo venezolano durante los últimos cuatro años son consecuencia, en lo fundamental, del ejercicio de un poder tiránico, que nadie eligió, que siempre ha desconocido la voluntad popular, y al que poco le importa guardar las formas democráticas.
En su “Venezuela violenta”, Orlando Araujo se refería a “una oligarquía de comerciantes y banqueros” que va “prosperando y acumulando un poderío económico que se traduce en poderío político y que se refleja en la vida institucional. No es una clase creadora de riqueza como históricamente fue la burguesía en las primeras etapas del capitalismo. Esta clase no inicia el capitalismo en Venezuela, es sencillamente la proyección colonial de un sistema capitalista foráneo más avanzado. Su papel es el de agente de ese capitalismo, su función es intermediaria y su poder económico es derivado de otro fundamental y mayor. Sus ingresos no provienen de una combinación arriesgada de factores de producción sino de una comisión: la comisión del intermediario que compra afuera y vende adentro. No es, pues, una burguesía productora sino una burguesía estéril” (10).
En contraste, identificaba la emergencia (en 1968) “de una burguesía llamada con cierto optimismo ‘burguesía nacionalista’ constituida por un grupo cada día más numeroso de empresarios nuevos que, dentro de la agricultura y de la industria, están dedicados a la producción interna de bienes nacionales. Son los agricultores capitalistas y los industriales manufactureros. Su aparición es de reciente data y sólo puede estudiarse como un fenómeno de posguerra, aún en plena evolución y sin una fisonomía definitiva y precisa” (11).
De acuerdo a la explicación de Curcio, el protagonismo en la guerra económica de eso que Araujo denominó “burguesía estéril”, y el consecuente aumento desproporcionado de los precios, ha obligado a la población a reorientar el gasto, dando prioridad a alimentos, salud y transporte, justamente sectores de la economía a merced de los monopolios y oligopolios importadores. Mientras tanto, la disminución de la demanda de bienes considerados no prioritarios ha repercutido en la baja de la producción de la industria manufacturera. “Las disminuciones en los volúmenes de producción por parte de estas empresas, y por lo tanto de sus niveles de ganancia, es una consecuencia de la guerra económica que no sólo está afectando a los hogares por la vía de la pérdida del poder adquisitivo, sino también, y especialmente a partir del segundo semestre de 2015, a las empresas de estos sectores no prioritarios. Hasta cierto momento, la guerra económica afectó sólo a los hogares venezolanos y a la clase trabajadora, no obstante actualmente ha repercutido sobre los niveles de ganancia de las empresas” (12).
En otras palabras, la “burguesía estéril” no sólo atenta contra el pueblo venezolano: además, afecta severamente los intereses de lo poco que puede llegar a haber de “burguesía productora”.
3.- Nicolás Maduro y lucha de clases.
Además de la dependencia de las importaciones y del control que ejercen monopolios y oligopolios en sectores claves de la economía nacional, Curcio identifica una tercera debilidad: “La deficiente y baja intervención del Estado en la economía, como regulador de los monopolios” (13).
Con mucha frecuencia, con demasiada ligereza, y con muy poca rigurosidad en el análisis, suele atribuirse esta debilidad a la falta de decisión de Nicolás Maduro. En otras palabras, la deficiente intervención del Estado en la economía obedecería al deficiente desempeño del Presidente. Sin pretender desconocer sus obligaciones como Jefe de Estado, me parece que hay que comenzar por poner las cosas sobre la balanza.
En primer lugar, dejemos sentado una cuestión básica: como resulta por demás evidente, la guerra económica contra el pueblo venezolano arrecia con una intensidad sin precedentes justo cuando inicia la campaña electoral presidencial, en julio de 2012, con el claro propósito de favorecer al candidato de la burguesía, Henrique Capriles Radonski. Planteado en términos clásicos, la guerra económica no es otra cosa que una expresión nítida de la agudización de la lucha de clases.
Una circunstancia histórica a la que nos hemos referido en otra parte, y que suele soslayarse, suscitando toda clase de equívocos analíticos, es el giro táctico (14) que adoptan las fuerzas antichavistas, como consecuencia de su lectura de los resultados de las elecciones presidenciales del 3 de diciembre de 2006, y en las que resultara vencedor Hugo Chávez con amplísimo margen (62,8% contra 36,9% del principal candidato opositor). Con tales elecciones culminó una etapa caracterizada por sucesivas y estruendosas derrotas del antichavismo, empeñado hasta entonces en recuperar el control del Gobierno por la vía violenta. A partir de 2007, se emplea a fondo en una “estrategia de desgaste” (15), “reconociendo” la legitimidad del chavismo, haciendo énfasis en la crítica de la “ineficiencia” gubernamental, mimetizándose con el chavismo, apropiándose parcialmente de sus ideas-fuerza, resignificándolas. Su intención, muy clara, era horadar al chavismo desde dentro, y en esto consistía, a grandes rasgos, la repolarización antichavista (el reconocimiento, de hecho, de que constituía una minoría, y de que para llegar a ser mayoría tenía que conquistar o por lo menos provocar la desmovilización de una parte del antichavismo) (16).
Esta “estrategia de desgaste” casi llega al paroxismo justo cuando inicia la guerra económica: durante la campaña presidencial de 2012, con un Capriles Radonski autoproclamándose candidato “progresista”, repitiendo de manera textual frases empleadas frecuentemente por Chávez e imitando incluso su lenguaje corporal (17).
La victoria del comandante Chávez el 7 de octubre de 2012 (con el 55% de la votación) constituyó, al mismo tiempo, un importante revés para esta “estrategia de desgaste”, lo que sumió al antichavismo en un peligroso estado de “precariedad estratégica” (18). Mientras Chávez, en su célebre “golpe de timón” (discurso del 20 de octubre de 2012), reafirmaba el carácter democrático, revolucionario, socialista y comunal del proceso bolivariano, predominaba la incertidumbre sobre las estrategias a adoptar por parte del antichavismo. La pregunta central era: ¿retomaría la vía violenta?
Cuando se afirma que el presidente Nicolás Maduro ha debido sortear en poco más de tres años el equivalente de los ataques que recibió Chávez en catorce años, no se está incurriendo en una exageración. Pronto, la referida “precariedad estratégica” se expresó en una profundización de la guerra económica (suerte de repolarización salvaje antichavista), como ya hemos visto, pero también en un rebrote de la violencia antichavista, primero entre el 15 y el 19 de abril de 2013, con saldo de 11 personas asesinadas (19), y luego con las “guarimbas” entre febrero y junio de 2014, que dejaron un saldo de 43 muertos y 878 lesionados (20). Es decir, el empleo de todas las formas de lucha contra el Gobierno bolivariano, y fundamentalmente contra su base social de apoyo, como expresión de las disputas inter-burguesas por la dirección del antichavismo.
En la medida en que se desarrollaban estas disputas inter-burguesas, con su saldo de muerte, sufrimiento y destrucción, principalmente en el campo popular, y mientras la guerra económica suscitaba el enfrentamiento intra-clases populares (21), con la generalización del fenómeno del “bachaqueo”, tenía lugar un conflicto sordo, incruento, escasa y pobremente analizado: la agudización de la lucha de clases a lo interno del movimiento chavista, con sus respectivas expresiones en el Gobierno nacional, y en general en la institucionalidad del Estado.
Ser capaces de explicar, por ejemplo, cómo es que una parte de la burocracia actúa favoreciendo a los monopolios u oligopolios importadores, o a los intereses de la banca, es una deuda enorme que tiene consigo mismo el chavismo revolucionario, disperso a lo largo y ancho del país, en general desarticulado, sumergido en sus territorios, en buena medida impulsando dinámicas comunales, desvinculado de las iniciativas que promueve la burocracia política. Este chavismo está en la obligación histórica de producir un análisis que, por ilustrarlo conforme el hilo discursivo desarrollado en este trabajo, complemente el análisis de la actuación de las fuerzas económicas realizado por economistas como Pasqualina Curcio.
Hablamos de un chavismo que no se siente representado en partido político alguno, mucho menos en el autodenominado “chavismo crítico”, que no se identifica con casi ningún integrante del alto gobierno, y que de manera mayoritaria sigue expresando su apoyo, a pesar de todo, a Nicolás Maduro.
Haciendo balance del “pensamiento económico chavista”, Alfredo Serrano explicaba cómo éste “evitaba copiar los intentos de cambio de matriz productiva desde la base del desarrollismo de la teoría de la dependencia. Quería algo propio, algo específico que aprendiera de los errores del pasado. El cambio de matriz productiva, para la economía chavista, consistía en sustituir productos e importaciones, pero siempre y cuando esto fuera acompañado obligatoriamente por una sustitución de productores. En otras palabras, si no se insertan nuevos productores, pequeños y medianos, asociaciones, cooperativas, poder económico comunal, también el Estado cuando sea pertinente, el cambio de la matriz productiva se trunca, o es sólo parcial, porque sólo se generarán nuevos productos pero con los mismos productores, perpetuando el proceso de acumulación injusta y mal repartida” (22).
Pues bien, esa base de “nuevos productores” no sólo existe, aunque dispersa, como ya hemos dicho, sino que constituye actualmente lo más lúcido del chavismo. Salvo el presidente Nicolás Maduro, ¿quién le habla a este chavismo? ¿Quién establece relaciones con él en términos de alianza y no de tutelaje, ni de manera clientelar?
Más allá de estas preguntas, e incluso al margen de las infelices declaraciones de funcionarios del alto gobierno evaluando negativamente las “expropiaciones”, sin el menor asomo de análisis sobre las causas de la improductividad de algunas empresas bajo control estatal o de los trabajadores, es necesario preguntarse: ¿cuál es la correlación de fuerzas que impera en el alto gobierno respecto de la orientación económica que debe asumirse para contener el ataque de las fuerzas económicas monopólicas u oligopólicas contra la sociedad venezolana? ¿Cuál es la correlación de fuerzas que impera aguas abajo? ¿Cuál es la posición de los cuadros medios o del funcionario promedio, digamos, en Petróleos de Venezuela, Banca y Finanzas, Industria y Comercio, y en general en las instituciones agrupadas en la Vicepresidencia de Economía?
De igual forma, más allá de las orientaciones generales dadas por Nicolás Maduro, e independientemente de la voluntad de individuos, ¿cuáles son las principales actuaciones y decisiones de las instituciones directamente relacionadas con el área económica? ¿Con qué actores económicos privados se establecen alianzas, acuerdos, negociaciones? En efecto, muchas de las actuaciones son públicas, pero no la mayoría. Esta opacidad de las actuaciones explica, en parte, la dificultad para hacernos una idea precisa de la correlación de fuerzas entre, digámoslo de una vez, las tendencias reformistas, que apuestan por la negociación con las mismas fuerzas que hoy desestabilizan la democracia venezolana, y las tendencias revolucionarias que, precisamente porque atravesamos por un período particularmente difícil en lo económico, se orientan por los principios del “pensamiento económico chavista”, antagonizan con la “burguesía estéril” y, para decirlo con las palabras empleadas por Chávez en su última alocución (8 de diciembre de 2012), actúan “junto al pueblo siempre y subordinado a los intereses del pueblo” (23).
Dado el carácter cívico-militar del sujeto chavista, imposible dejar de hacerse la pregunta: ¿cuál es la correlación de fuerzas a lo interno de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana respecto de los asuntos aquí expuestos?
Las más de las veces, y frecuentemente con manifiesta dificultad, el comandante Chávez tuvo la capacidad para arbitrar entre las distintas tendencias, logrando imponer el rumbo a seguir, valga decir, casi siempre el revolucionario. ¿Alguien puede ser tan ingenuo como para ignorar que, al margen de sus virtudes y defectos, de sus dotes como líder político, Nicolás Maduro no sólo se enfrentaría a mayores dificultades, sino que, inevitablemente, sería muchas veces presa de las circunstancias, un rehén de las luchas entre tendencias, con sus correspondientes efectos disgregadores, y muy a pesar de sus deseos?
Nicolás Maduro ha debido sortear dificultades, limitaciones objetivas, tanto a lo interno del movimiento chavista, como en la lucha contra el antichavismo, enfrascado como está éste en su propia lucha por el liderazgo, lo que, como ya hemos planteado, ha supuesto nada más y nada menos que violencia fratricida y una brutal guerra económica contra el pueblo venezolano.
4.- Defender la cultura política chavista.
En “El Dieciocho Brumario de Luis Bonaparte”, Carlos Marx advertía sobre los peligros que implicaba creerse “por encima del antagonismo de clases en general” e incorporarse a la lucha sin “examinar los intereses y las posiciones de las distintas clases”. El resultado, explicaba, siempre es el fracaso, por demás inasimilable: “o bien ha fracasado todo por un detalle de ejecución, o ha surgido una casualidad imprevista que ha malogrado la partida por esta vez” (24).
La situación por la que atraviesa la democracia venezolana, las extraordinarias circunstancias que ha debido enfrentar la revolución bolivariana, sobre todo a partir de agosto de 2012, la derrota electoral del 6 de diciembre de 2015: nada de esto obedece a detalles de ejecución o a casualidades imprevistas. Las causas hay que buscarlas en las estrategias de las fuerzas enfrentadas, en sus posiciones e intereses.
Poner el énfasis en la figura presidencial, que es lo que hace la mayoría de quienes se deslindan del “madurismo”, en los hechos de corrupción, en la “falta de gobierno” o en la “anomia” imperante, en la “descomposición moral” del pueblo venezolano, entre otros tópicos muy socorridos en los últimos tiempos, en el mejor de los casos nos limita a sacar conclusiones a partir de una valoración de los efectos de la guerra económica, y en el peor nos pone en la penosa situación de reproducir el sentido común antichavista, apenas cuatro años después de que su liderazgo se viera obligado a hacer todo lo contrario: reproducir (una mala copia de) la cultura política chavista.
En 2010, cierto estudio del Centro Gumilla aportó información clave respecto de la valoración que sobre la democracia tenía la sociedad venezolana, luego de once años de revolución bolivariana. Entonces, para casi dos terceras partes de la población, la democracia significaba: Estado fuerte, democratización política (Estado fuerte con participación popular activa), disminución de la brecha entre ricos y pobres, políticas sociales contra la exclusión, nacionalización de las industrias básicas, límites al poder de la empresa privada, respeto a la Constitución y a los derechos humanos en general, libertad de expresión y pluralidad política (libre asociación), elecciones libres, imparciales y periódicas, y amplio margen a la iniciativa económica privada (de nuevo, regulada por un Estado fuerte) (25).
Todo cuanto han hecho las fuerzas económicas rebeladas contra la democracia venezolana durante los últimos cuatro años, atenta contra esa cultura política chavista, producida por el pueblo venezolano, fraguada a pulso y en jornadas memorables.
Corresponde al chavismo revolucionario, ese “hecho maldito” para la burguesía, productor y legatario de esta cultura política, sacudirse todo vestigio de sentido común antichavista, corrosivo, tóxico, desmoralizante, y ponerse a la altura de las circunstancias históricas. Y hacer que prevalezca la democracia.
Referencias.
(1) John William Cooke. Obras completas. Tomo V. La revolución y el peronismo. Colihue. Buenos Aires, Argentina. 2011. Pág. 221.
(2) John William Cooke, op. cit., pág. 224.
(3) John William Cooke, op. cit., pág. 223.
(4) Pasqualina Curcio. La mano visible del mercado. Guerra económica en Venezuela (2012-2016). Manipulación del tipo de cambio e inflación inducida (I). 5 de abril de 2016. Pág. 3.
(5) Pasqualina Curcio, op. cit., pág. 6.
(6) Pasqualina Curcio. Los ciclos políticos del dólar paralelo. 17 de agosto de 2016.
(7) Pasqualina Curcio. La mano visible del mercado. Guerra económica en Venezuela (2012-2016). Manipulación del tipo de cambio e inflación inducida (I), op. cit., pág. 18.
(8) Pasqualina Curcio, op. cit., pág. 19.
(9) Pasqualina Curcio. La mano visible del mercado. Guerra económica en Venezuela (2012-2016). ¿Control de precios o boicot en el suministro? (II). 25 de abril de 2016. Págs. 3-4.
(10) Orlando Araujo. Venezuela violenta. Banco Central de Venezuela. Caracas, Venezuela. 2013. Pág. 102.
(11) Orlando Araujo, op. cit., pág. 105.
(12) Pasqualina Curcio. La mano visible del mercado. Guerra económica en Venezuela (2012-2016). Manipulación del tipo de cambio e inflación inducida (I), op. cit., pág. 29.
(13) Pasqualina Curcio, op. cit., pág. 3.
(14) Reinaldo Iturriza López. Contra el malestar. 3 de marzo de 2008.
(15) Reinaldo Iturriza López. Desde que llegó el socialismo… (I). 10 de junio de 2010.
(16) Reinaldo Iturriza López. La repolarización antichavista: radicalización y diálogo. 19 de octubre de 2010.
(17) Reinaldo Iturriza López. ¿Qué será de Venezuela después de Chávez? 18 de marzo de 2013.
(18) Reinaldo Iturriza López. Confianza en nosotros mismos. 8 de enero de 2013.
(19) Foro Itinerante de Participación Popular. Víctimas de la arrechera. La violencia fascista en Venezuela del 15 al 19 de abril de 2013.
(20) De las 43 víctimas mortales, 7 fueron asesinadas por efectivos policiales o militares, mientras que las otras 36 murieron como consecuencia de las acciones de los “guarimberos”. Ver: AVN. “Defensor del Pueblo: Fascismo fue causa principal de víctimas de las guarimbas”. 18 de enero de 2016.
(21) Reinaldo Iturriza López. Guerra económica: novedades en el frente. 20 de enero de 2015.
(22) Alfredo Serrano. El pensamiento económico de Hugo Chávez. Vadell Hermanos Editores. Caracas, Venezuela. 2014. Págs. 522-523.
(23) Transcripción completa de las palabras del Presidente Chávez en su última cadena nacional (8/12/12).
(24) Carlos Marx. Obras escogidas. El Dieciocho Brumario de Luis Bonaparte. Editorial Progreso. Moscú, URSS. Pág. 122.
(25) Reinaldo Iturriza López. ¿Qué ha sido del chavismo originario? 13 de mayo de 2010.
http://goo.gl/aGtj0Y
1.- El chavismo como “hecho maldito”.
El chavismo es, para decirlo con John William Cooke, “el hecho maldito de la política del país burgués” (1). Cooke se refería, claro está, al peronismo, en un texto de 1967, pero la sentencia aplica para el caso venezolano.
Aluvional, policlasista, no es esto lo que lo define. Ni siquiera durante sus primeros años. El chavismo es, desde su gestación, un fenómeno “maldito” para la burguesía, porque aquello que le da cohesión no es su capacidad para aglutinar el descontento, sino su decidido antagonismo contra el statu quo. Antagonismo que adquirirá matices anticapitalistas con el paso de los años, al fragor de la lucha, y como lo asumirán de viva voz tanto Chávez como sus líneas de fuerzas más avanzadas.
Si a comienzos de los años cuarenta del siglo veinte, Acción Democrática significó el ascenso de la clase media emergente, que a su vez hizo posible la incorporación ordenada de las clases populares a la escena política, siempre subordinada a la burguesía nacional y sometida a la voluntad del capital transnacional, y con el propósito de sentar las bases de la democracia liberal burguesa (tarea que ya había adelantado Medina Angarita), en el caso del chavismo el protagonismo descansa casi siempre en las clases populares, bien por voluntad expresa de Chávez, bien porque el propio chavismo demanda mayor participación y más radicalidad. Ya no es el sujeto que interviene “ordenadamente”, sino uno que emplea sus fuerzas en la refundación de la República, empresa histórica que pronto se traduce en la imposición de límites a los poderes económicos, y en las progresivas conquistas de derechos, particularmente económicos, sociales y culturales.
Ese chavismo está vivo y coleando, a pesar de su apariencia muchas veces espectral, y de estar ausente de muchos de los análisis que se hacen sobre Venezuela. Omisión que obedece, con frecuencia, a la intención deliberada de continuar ignorando a los invisibles históricos, hoy sujetos políticos de un proceso de cambios revolucionarios, y otras veces a la ceguera de cierta izquierda que, impedida de ver realizada la revolución que siempre soñó, despacha como pesadilla la revolución que hacen los hombres y mujeres de carne y hueso. De nuevo, aplica para el chavismo lo que escribía Cooke a propósito del peronismo: “existe, está vivo y no será sepultado porque le disguste a los soñadores de la revolución perfecta, con escuadra y tiralíneas” (2).
Con sus errores y sus aciertos, con sus defectos y sus virtudes, el chavismo ha sabido orientarse cuando “los confidentes de la historia perdieron el rumbo, y siguen sin comprender cada vez que en lugar del análisis retrospectivo con incógnitas ya resueltas, tienen que resolverse en medio de los hechos presentes y sus enigmas, sus complicaciones, sus abanicos de hipótesis” (3), para insistir con Cook.
A contravía de quienes lo señalan como el culpable de imponer un “modelo fracasado”, del cual sería único e ilegítimo usufructuario, el chavismo es expresión de la crisis del capitalismo rentístico petrolero, y en particular de su correlato político. En cambio, las fuerzas económicas, políticas y sociales legatarias del capitalismo rentístico petrolero, que colapsara a finales de los años setenta del siglo veinte (el núcleo militar de lo que, a mediados de los noventa, se convertirá en un potente sujeto cívico-militar, comenzó a gestarse a comienzos de los ochenta), no han cesado un segundo en su empeño de derrotar la democracia bolivariana.
2.- La rebelión de las fuerzas económicas que controlan el mercado.
Desorientada y sobrepasada por las circunstancias, la burocracia política chavista ha abusado de tal forma del enunciado “guerra económica”, que se corre el riesgo de vaciarlo completamente de sentido, cuando lo que urge es producir sentido sobre el brutal ataque del que está siendo víctima la sociedad venezolana.
En parte, esta incapacidad para traducir políticamente la feroz avanzada de las fuerzas económicas contrarias a la revolución bolivariana, amén de los propios errores, explicaría el terreno ganado por la idea de que fenómenos como el desabastecimiento, la inflación o la escasez son responsabilidad del Gobierno nacional, cuando lo cierto es que la actual situación es consecuencia directa, en lo fundamental, del gobierno de facto que han impuesto las fuerzas económicas que controlan el mercado, fuerzas que tienen estrechos vínculos con la institucionalidad de un Estado que históricamente ha sido funcional a las elites.
La guerra económica no es un invento de Nicolás Maduro ni comienza con su gobierno (abril de 2013). De hecho, el término fue acuñado por el mismo Chávez. En una serie de trabajos claves para entender la realidad venezolana, la economista Pasqualina Curcio identifica “las dos principales estrategias” de la guerra económica: 1) “inflación inducida a través de la manipulación del tipo de cambio en el mercado paralelo e ilegal”; y 2) “el desabastecimiento programado mediante la manipulación de los mecanismos de distribución de bienes esenciales para la vida”. Estas estrategias son viables dadas las características de la economía nacional: 1) “concentración de la producción, de las importaciones y de la distribución de los bienes y servicios en pocas manos, es decir, la presencia de monopolios y oligopolios (especialmente en mercados de bienes de primera necesidad o requeridos en la producción y para el transporte)”; y 2) “la alta dependencia de las importaciones” (4).
Curcio identifica el inicio de la escalada contra la economía nacional, a través de la manipulación del tipo de cambio paralelo e ilegal, en julio de 2012, coincidiendo con el inicio de la campaña electoral presidencial. “A partir de agosto de 2012 se registró un cambio en la función de tendencia de la serie de datos, pasando a ser exponencial. Es decir, a partir de agosto de 2012 y de manera repentina se comienza a evidenciar un comportamiento atípico del tipo de cambio en el mercado paralelo, el cual no se corresponde con el registrado históricamente ni desde 1999, ni desde 1983” (5).
Si la variación promedio anual del tipo de cambio paralelo e ilegal entre 1999 (inicio del gobierno de Chávez) y 2011 había sido de 26%, entre 2012 y 2015 fue de 223%, comportándose de la siguiente manera: 31% en 2012 con respecto a 2011, 224% en 2013 en relación con 2012, 161% en 2014 respecto de 2013 y 475% en 2015 respecto a 2014.
Explica Curcio: “El tipo de cambio paralelo e ilegal muestra un patrón en su comportamiento. Resalta el hecho de que las variaciones intermensuales son positivas y cada vez mayores los meses previos a aquellos en los que se celebraron procesos electorales o en los que el pueblo venezolano vivió momentos de alta tensión política. Inmediatamente después del evento político o de haber acudido a las urnas electorales, se registran variaciones que se van haciendo cada vez menores, aunque generalmente positivas, y en algunos casos llegan a ser negativas… Desde mediados de 2012 este patrón se ha intensificado. A partir de ese momento las variaciones fueron, la mayoría de las veces, positivas, pero además muy elevadas. El dólar paralelo e ilegal aumentó 10.940% entre agosto 2012 y junio 2015, pasando de 9,42 Bs/US$ a 1.040 Bs/US$. Las variaciones más altas se registraron los meses de octubre 2012 (momento que coincide con las elecciones presidenciales en las que vence Hugo Chávez), diciembre del mismo año (cuando se realizaron los comicios para elegir gobernadores en los 24 estados del país), abril 2013 (al realizarse nuevamente elecciones presidenciales como consecuencia del fallecimiento del presidente Hugo Chávez), diciembre 2013 (durante las elecciones municipales). A partir de finales del año 2013 el incremento del dólar paralelo ha sido sostenido y desproporcionado hasta enero de 2016” (6). El 6 de diciembre de 2015 se realizaron elecciones parlamentarias, en las que el chavismo resultó derrotado.
Este patrón de comportamiento del tipo de cambio paralelo e ilegal se asemeja al observado en los índices de inflación: entre 1998 y 2011 la tendencia es lineal, con un mínimo de 12,3% en 2001 y un máximo de 31,2% en 2002 (año del golpe de Estado y del paro-sabotaje económico), hasta que inicia un incremento exponencial en 2012. Así, la inflación en 2013 será de 56,2%, en 2014 ascenderá a 68,5%, hasta alcanzar 180,9% en 2015.
Curcio no sólo demuestra que el comportamiento del tipo de cambio paralelo e ilegal no guarda relación con el nivel de las reservas internacionales, la liquidez monetaria o la supuesta restricción en el flujo de asignación de divisas. Además, constata que entre 1999 y 2014, del total de ingresos en divisas, 98% de los cuales depende del petróleo, 65% se dedicó a la importación de bienes, y del total asignado a importaciones, 94% fue al sector privado.
Entre 1999 y 2013, las importaciones representaron el 35% del PIB. “Alrededor del 20% de los bienes importados se dirige al consumo final”, mientras que “el 58% corresponde a importaciones para el consumo intermedio, las materias primas e insumos necesarios para los procesos de producción”. Esto quiere decir que casi el 80% “de los bienes que importamos se incorporan a los procesos de producción y forman parte de las estructuras de costos de las empresas” (7).
Más grave aún, apenas un 3% de las unidades económicas registradas en el país controla las divisas para importaciones. Luego, “la referencia que tienen las empresas importadoras para fijar y convertir los precios a bolívares es el tipo de cambio. Es por ello que en Venezuela, el tipo de cambio es determinante sobre la economía real, ya que son los monopolios importadores los que tienen el poder de fijar los precios de los bienes, en su mayoría insumos para la producción. Aguas abajo en el proceso de producción los costos se van calculando con base en los precios de los bienes importados. El tipo de cambio sirve como marcador de los precios de los bienes que se producen y comercializan internamente” (8). La clave es: ¿qué tipo de cambio utilizan los monopolios importadores como referencia para fijar precios? El tipo de cambio paralelo e ilegal, que es 14,5 veces mayor que el valor real estimado de la moneda nacional.
En apretado resumen, de esta manera operan las fuerzas económicas que promueven activamente la guerra económica contra la sociedad venezolana, trayendo como consecuencia una drástica disminución del poder adquisitivo de la población. Además, Curcio demuestra que, contrario a lo que podría suponerse, la producción de los alimentos de mayor consumo no sólo no ha disminuido, sino que, al menos en el período que va desde el primer trimestre de 2012 al segundo trimestre de 2015, el consumo fue constante, tanto en los venezolanos de mayores recursos como en los de bajos recursos.
Curcio precisa que la práctica de desabastecimiento programado data de 2003, afectando a uno o pocos productos. Hasta 2013, en que la práctica se generaliza. “En el caso venezolano, desde 2003, los niveles de desabastecimiento no han guardado relación con los niveles de producción. Tanto la producción como la importación se han mantenido relativamente constantes. Por lo tanto, esa escasez, que se mide en los anaqueles de los establecimientos, está asociada a bienes que han sido producidos pero que no han sido colocados de manera regular, oportuna y en cantidades suficientes en los estantes de los establecimientos comercializadores… Los bienes, luego de múltiples dificultades e inconvenientes (largas colas o mayores precios en los mercados ilegales: ‘bachaqueo’) han sido adquiridos y consumidos por la población. En otras palabras, los bienes fueron producidos y también vendidos… las empresas han seguido produciendo, distribuyendo (con otras prácticas) y vendiendo” (9).
La rebelión de las fuerzas económicas que controlan el mercado está encabezada por la burguesía comercial importadora, cuya liderazgo ostentan los monopolios y oligopolios del sector alimentos. Las penurias que ha debido padecer el pueblo venezolano durante los últimos cuatro años son consecuencia, en lo fundamental, del ejercicio de un poder tiránico, que nadie eligió, que siempre ha desconocido la voluntad popular, y al que poco le importa guardar las formas democráticas.
En su “Venezuela violenta”, Orlando Araujo se refería a “una oligarquía de comerciantes y banqueros” que va “prosperando y acumulando un poderío económico que se traduce en poderío político y que se refleja en la vida institucional. No es una clase creadora de riqueza como históricamente fue la burguesía en las primeras etapas del capitalismo. Esta clase no inicia el capitalismo en Venezuela, es sencillamente la proyección colonial de un sistema capitalista foráneo más avanzado. Su papel es el de agente de ese capitalismo, su función es intermediaria y su poder económico es derivado de otro fundamental y mayor. Sus ingresos no provienen de una combinación arriesgada de factores de producción sino de una comisión: la comisión del intermediario que compra afuera y vende adentro. No es, pues, una burguesía productora sino una burguesía estéril” (10).
En contraste, identificaba la emergencia (en 1968) “de una burguesía llamada con cierto optimismo ‘burguesía nacionalista’ constituida por un grupo cada día más numeroso de empresarios nuevos que, dentro de la agricultura y de la industria, están dedicados a la producción interna de bienes nacionales. Son los agricultores capitalistas y los industriales manufactureros. Su aparición es de reciente data y sólo puede estudiarse como un fenómeno de posguerra, aún en plena evolución y sin una fisonomía definitiva y precisa” (11).
De acuerdo a la explicación de Curcio, el protagonismo en la guerra económica de eso que Araujo denominó “burguesía estéril”, y el consecuente aumento desproporcionado de los precios, ha obligado a la población a reorientar el gasto, dando prioridad a alimentos, salud y transporte, justamente sectores de la economía a merced de los monopolios y oligopolios importadores. Mientras tanto, la disminución de la demanda de bienes considerados no prioritarios ha repercutido en la baja de la producción de la industria manufacturera. “Las disminuciones en los volúmenes de producción por parte de estas empresas, y por lo tanto de sus niveles de ganancia, es una consecuencia de la guerra económica que no sólo está afectando a los hogares por la vía de la pérdida del poder adquisitivo, sino también, y especialmente a partir del segundo semestre de 2015, a las empresas de estos sectores no prioritarios. Hasta cierto momento, la guerra económica afectó sólo a los hogares venezolanos y a la clase trabajadora, no obstante actualmente ha repercutido sobre los niveles de ganancia de las empresas” (12).
En otras palabras, la “burguesía estéril” no sólo atenta contra el pueblo venezolano: además, afecta severamente los intereses de lo poco que puede llegar a haber de “burguesía productora”.
3.- Nicolás Maduro y lucha de clases.
Además de la dependencia de las importaciones y del control que ejercen monopolios y oligopolios en sectores claves de la economía nacional, Curcio identifica una tercera debilidad: “La deficiente y baja intervención del Estado en la economía, como regulador de los monopolios” (13).
Con mucha frecuencia, con demasiada ligereza, y con muy poca rigurosidad en el análisis, suele atribuirse esta debilidad a la falta de decisión de Nicolás Maduro. En otras palabras, la deficiente intervención del Estado en la economía obedecería al deficiente desempeño del Presidente. Sin pretender desconocer sus obligaciones como Jefe de Estado, me parece que hay que comenzar por poner las cosas sobre la balanza.
En primer lugar, dejemos sentado una cuestión básica: como resulta por demás evidente, la guerra económica contra el pueblo venezolano arrecia con una intensidad sin precedentes justo cuando inicia la campaña electoral presidencial, en julio de 2012, con el claro propósito de favorecer al candidato de la burguesía, Henrique Capriles Radonski. Planteado en términos clásicos, la guerra económica no es otra cosa que una expresión nítida de la agudización de la lucha de clases.
Una circunstancia histórica a la que nos hemos referido en otra parte, y que suele soslayarse, suscitando toda clase de equívocos analíticos, es el giro táctico (14) que adoptan las fuerzas antichavistas, como consecuencia de su lectura de los resultados de las elecciones presidenciales del 3 de diciembre de 2006, y en las que resultara vencedor Hugo Chávez con amplísimo margen (62,8% contra 36,9% del principal candidato opositor). Con tales elecciones culminó una etapa caracterizada por sucesivas y estruendosas derrotas del antichavismo, empeñado hasta entonces en recuperar el control del Gobierno por la vía violenta. A partir de 2007, se emplea a fondo en una “estrategia de desgaste” (15), “reconociendo” la legitimidad del chavismo, haciendo énfasis en la crítica de la “ineficiencia” gubernamental, mimetizándose con el chavismo, apropiándose parcialmente de sus ideas-fuerza, resignificándolas. Su intención, muy clara, era horadar al chavismo desde dentro, y en esto consistía, a grandes rasgos, la repolarización antichavista (el reconocimiento, de hecho, de que constituía una minoría, y de que para llegar a ser mayoría tenía que conquistar o por lo menos provocar la desmovilización de una parte del antichavismo) (16).
Esta “estrategia de desgaste” casi llega al paroxismo justo cuando inicia la guerra económica: durante la campaña presidencial de 2012, con un Capriles Radonski autoproclamándose candidato “progresista”, repitiendo de manera textual frases empleadas frecuentemente por Chávez e imitando incluso su lenguaje corporal (17).
La victoria del comandante Chávez el 7 de octubre de 2012 (con el 55% de la votación) constituyó, al mismo tiempo, un importante revés para esta “estrategia de desgaste”, lo que sumió al antichavismo en un peligroso estado de “precariedad estratégica” (18). Mientras Chávez, en su célebre “golpe de timón” (discurso del 20 de octubre de 2012), reafirmaba el carácter democrático, revolucionario, socialista y comunal del proceso bolivariano, predominaba la incertidumbre sobre las estrategias a adoptar por parte del antichavismo. La pregunta central era: ¿retomaría la vía violenta?
Cuando se afirma que el presidente Nicolás Maduro ha debido sortear en poco más de tres años el equivalente de los ataques que recibió Chávez en catorce años, no se está incurriendo en una exageración. Pronto, la referida “precariedad estratégica” se expresó en una profundización de la guerra económica (suerte de repolarización salvaje antichavista), como ya hemos visto, pero también en un rebrote de la violencia antichavista, primero entre el 15 y el 19 de abril de 2013, con saldo de 11 personas asesinadas (19), y luego con las “guarimbas” entre febrero y junio de 2014, que dejaron un saldo de 43 muertos y 878 lesionados (20). Es decir, el empleo de todas las formas de lucha contra el Gobierno bolivariano, y fundamentalmente contra su base social de apoyo, como expresión de las disputas inter-burguesas por la dirección del antichavismo.
En la medida en que se desarrollaban estas disputas inter-burguesas, con su saldo de muerte, sufrimiento y destrucción, principalmente en el campo popular, y mientras la guerra económica suscitaba el enfrentamiento intra-clases populares (21), con la generalización del fenómeno del “bachaqueo”, tenía lugar un conflicto sordo, incruento, escasa y pobremente analizado: la agudización de la lucha de clases a lo interno del movimiento chavista, con sus respectivas expresiones en el Gobierno nacional, y en general en la institucionalidad del Estado.
Ser capaces de explicar, por ejemplo, cómo es que una parte de la burocracia actúa favoreciendo a los monopolios u oligopolios importadores, o a los intereses de la banca, es una deuda enorme que tiene consigo mismo el chavismo revolucionario, disperso a lo largo y ancho del país, en general desarticulado, sumergido en sus territorios, en buena medida impulsando dinámicas comunales, desvinculado de las iniciativas que promueve la burocracia política. Este chavismo está en la obligación histórica de producir un análisis que, por ilustrarlo conforme el hilo discursivo desarrollado en este trabajo, complemente el análisis de la actuación de las fuerzas económicas realizado por economistas como Pasqualina Curcio.
Hablamos de un chavismo que no se siente representado en partido político alguno, mucho menos en el autodenominado “chavismo crítico”, que no se identifica con casi ningún integrante del alto gobierno, y que de manera mayoritaria sigue expresando su apoyo, a pesar de todo, a Nicolás Maduro.
Haciendo balance del “pensamiento económico chavista”, Alfredo Serrano explicaba cómo éste “evitaba copiar los intentos de cambio de matriz productiva desde la base del desarrollismo de la teoría de la dependencia. Quería algo propio, algo específico que aprendiera de los errores del pasado. El cambio de matriz productiva, para la economía chavista, consistía en sustituir productos e importaciones, pero siempre y cuando esto fuera acompañado obligatoriamente por una sustitución de productores. En otras palabras, si no se insertan nuevos productores, pequeños y medianos, asociaciones, cooperativas, poder económico comunal, también el Estado cuando sea pertinente, el cambio de la matriz productiva se trunca, o es sólo parcial, porque sólo se generarán nuevos productos pero con los mismos productores, perpetuando el proceso de acumulación injusta y mal repartida” (22).
Pues bien, esa base de “nuevos productores” no sólo existe, aunque dispersa, como ya hemos dicho, sino que constituye actualmente lo más lúcido del chavismo. Salvo el presidente Nicolás Maduro, ¿quién le habla a este chavismo? ¿Quién establece relaciones con él en términos de alianza y no de tutelaje, ni de manera clientelar?
Más allá de estas preguntas, e incluso al margen de las infelices declaraciones de funcionarios del alto gobierno evaluando negativamente las “expropiaciones”, sin el menor asomo de análisis sobre las causas de la improductividad de algunas empresas bajo control estatal o de los trabajadores, es necesario preguntarse: ¿cuál es la correlación de fuerzas que impera en el alto gobierno respecto de la orientación económica que debe asumirse para contener el ataque de las fuerzas económicas monopólicas u oligopólicas contra la sociedad venezolana? ¿Cuál es la correlación de fuerzas que impera aguas abajo? ¿Cuál es la posición de los cuadros medios o del funcionario promedio, digamos, en Petróleos de Venezuela, Banca y Finanzas, Industria y Comercio, y en general en las instituciones agrupadas en la Vicepresidencia de Economía?
De igual forma, más allá de las orientaciones generales dadas por Nicolás Maduro, e independientemente de la voluntad de individuos, ¿cuáles son las principales actuaciones y decisiones de las instituciones directamente relacionadas con el área económica? ¿Con qué actores económicos privados se establecen alianzas, acuerdos, negociaciones? En efecto, muchas de las actuaciones son públicas, pero no la mayoría. Esta opacidad de las actuaciones explica, en parte, la dificultad para hacernos una idea precisa de la correlación de fuerzas entre, digámoslo de una vez, las tendencias reformistas, que apuestan por la negociación con las mismas fuerzas que hoy desestabilizan la democracia venezolana, y las tendencias revolucionarias que, precisamente porque atravesamos por un período particularmente difícil en lo económico, se orientan por los principios del “pensamiento económico chavista”, antagonizan con la “burguesía estéril” y, para decirlo con las palabras empleadas por Chávez en su última alocución (8 de diciembre de 2012), actúan “junto al pueblo siempre y subordinado a los intereses del pueblo” (23).
Dado el carácter cívico-militar del sujeto chavista, imposible dejar de hacerse la pregunta: ¿cuál es la correlación de fuerzas a lo interno de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana respecto de los asuntos aquí expuestos?
Las más de las veces, y frecuentemente con manifiesta dificultad, el comandante Chávez tuvo la capacidad para arbitrar entre las distintas tendencias, logrando imponer el rumbo a seguir, valga decir, casi siempre el revolucionario. ¿Alguien puede ser tan ingenuo como para ignorar que, al margen de sus virtudes y defectos, de sus dotes como líder político, Nicolás Maduro no sólo se enfrentaría a mayores dificultades, sino que, inevitablemente, sería muchas veces presa de las circunstancias, un rehén de las luchas entre tendencias, con sus correspondientes efectos disgregadores, y muy a pesar de sus deseos?
Nicolás Maduro ha debido sortear dificultades, limitaciones objetivas, tanto a lo interno del movimiento chavista, como en la lucha contra el antichavismo, enfrascado como está éste en su propia lucha por el liderazgo, lo que, como ya hemos planteado, ha supuesto nada más y nada menos que violencia fratricida y una brutal guerra económica contra el pueblo venezolano.
4.- Defender la cultura política chavista.
En “El Dieciocho Brumario de Luis Bonaparte”, Carlos Marx advertía sobre los peligros que implicaba creerse “por encima del antagonismo de clases en general” e incorporarse a la lucha sin “examinar los intereses y las posiciones de las distintas clases”. El resultado, explicaba, siempre es el fracaso, por demás inasimilable: “o bien ha fracasado todo por un detalle de ejecución, o ha surgido una casualidad imprevista que ha malogrado la partida por esta vez” (24).
La situación por la que atraviesa la democracia venezolana, las extraordinarias circunstancias que ha debido enfrentar la revolución bolivariana, sobre todo a partir de agosto de 2012, la derrota electoral del 6 de diciembre de 2015: nada de esto obedece a detalles de ejecución o a casualidades imprevistas. Las causas hay que buscarlas en las estrategias de las fuerzas enfrentadas, en sus posiciones e intereses.
Poner el énfasis en la figura presidencial, que es lo que hace la mayoría de quienes se deslindan del “madurismo”, en los hechos de corrupción, en la “falta de gobierno” o en la “anomia” imperante, en la “descomposición moral” del pueblo venezolano, entre otros tópicos muy socorridos en los últimos tiempos, en el mejor de los casos nos limita a sacar conclusiones a partir de una valoración de los efectos de la guerra económica, y en el peor nos pone en la penosa situación de reproducir el sentido común antichavista, apenas cuatro años después de que su liderazgo se viera obligado a hacer todo lo contrario: reproducir (una mala copia de) la cultura política chavista.
En 2010, cierto estudio del Centro Gumilla aportó información clave respecto de la valoración que sobre la democracia tenía la sociedad venezolana, luego de once años de revolución bolivariana. Entonces, para casi dos terceras partes de la población, la democracia significaba: Estado fuerte, democratización política (Estado fuerte con participación popular activa), disminución de la brecha entre ricos y pobres, políticas sociales contra la exclusión, nacionalización de las industrias básicas, límites al poder de la empresa privada, respeto a la Constitución y a los derechos humanos en general, libertad de expresión y pluralidad política (libre asociación), elecciones libres, imparciales y periódicas, y amplio margen a la iniciativa económica privada (de nuevo, regulada por un Estado fuerte) (25).
Todo cuanto han hecho las fuerzas económicas rebeladas contra la democracia venezolana durante los últimos cuatro años, atenta contra esa cultura política chavista, producida por el pueblo venezolano, fraguada a pulso y en jornadas memorables.
Corresponde al chavismo revolucionario, ese “hecho maldito” para la burguesía, productor y legatario de esta cultura política, sacudirse todo vestigio de sentido común antichavista, corrosivo, tóxico, desmoralizante, y ponerse a la altura de las circunstancias históricas. Y hacer que prevalezca la democracia.
Referencias.
(1) John William Cooke. Obras completas. Tomo V. La revolución y el peronismo. Colihue. Buenos Aires, Argentina. 2011. Pág. 221.
(2) John William Cooke, op. cit., pág. 224.
(3) John William Cooke, op. cit., pág. 223.
(4) Pasqualina Curcio. La mano visible del mercado. Guerra económica en Venezuela (2012-2016). Manipulación del tipo de cambio e inflación inducida (I). 5 de abril de 2016. Pág. 3.
(5) Pasqualina Curcio, op. cit., pág. 6.
(6) Pasqualina Curcio. Los ciclos políticos del dólar paralelo. 17 de agosto de 2016.
(7) Pasqualina Curcio. La mano visible del mercado. Guerra económica en Venezuela (2012-2016). Manipulación del tipo de cambio e inflación inducida (I), op. cit., pág. 18.
(8) Pasqualina Curcio, op. cit., pág. 19.
(9) Pasqualina Curcio. La mano visible del mercado. Guerra económica en Venezuela (2012-2016). ¿Control de precios o boicot en el suministro? (II). 25 de abril de 2016. Págs. 3-4.
(10) Orlando Araujo. Venezuela violenta. Banco Central de Venezuela. Caracas, Venezuela. 2013. Pág. 102.
(11) Orlando Araujo, op. cit., pág. 105.
(12) Pasqualina Curcio. La mano visible del mercado. Guerra económica en Venezuela (2012-2016). Manipulación del tipo de cambio e inflación inducida (I), op. cit., pág. 29.
(13) Pasqualina Curcio, op. cit., pág. 3.
(14) Reinaldo Iturriza López. Contra el malestar. 3 de marzo de 2008.
(15) Reinaldo Iturriza López. Desde que llegó el socialismo… (I). 10 de junio de 2010.
(16) Reinaldo Iturriza López. La repolarización antichavista: radicalización y diálogo. 19 de octubre de 2010.
(17) Reinaldo Iturriza López. ¿Qué será de Venezuela después de Chávez? 18 de marzo de 2013.
(18) Reinaldo Iturriza López. Confianza en nosotros mismos. 8 de enero de 2013.
(19) Foro Itinerante de Participación Popular. Víctimas de la arrechera. La violencia fascista en Venezuela del 15 al 19 de abril de 2013.
(20) De las 43 víctimas mortales, 7 fueron asesinadas por efectivos policiales o militares, mientras que las otras 36 murieron como consecuencia de las acciones de los “guarimberos”. Ver: AVN. “Defensor del Pueblo: Fascismo fue causa principal de víctimas de las guarimbas”. 18 de enero de 2016.
(21) Reinaldo Iturriza López. Guerra económica: novedades en el frente. 20 de enero de 2015.
(22) Alfredo Serrano. El pensamiento económico de Hugo Chávez. Vadell Hermanos Editores. Caracas, Venezuela. 2014. Págs. 522-523.
(23) Transcripción completa de las palabras del Presidente Chávez en su última cadena nacional (8/12/12).
(24) Carlos Marx. Obras escogidas. El Dieciocho Brumario de Luis Bonaparte. Editorial Progreso. Moscú, URSS. Pág. 122.
(25) Reinaldo Iturriza López. ¿Qué ha sido del chavismo originario? 13 de mayo de 2010.
Análisis 1-9-2016
La ignorancia+la frustracion+incomprensión, eso engrosó sus filas, canalizado como odio. Creo que de nuestra parte, desde las bases debe salir una respuesta contundente y muy inteligente, sin esperar la iniciativa estatal debemos generar procesos de politización en todo espacio, con intención formativa muy meticulosa y asimétrica, dependiendo del espacio.
Les paso las reflexiones de un pana; Ayer hubo varios elementos destacados. Por orden de importancia, la oposición por primera vez en los ultimos 14 años logra tomar la calle en forma masiva, dos, el chavismo se unifico en defensa del gobierno incluyendo los descontentos, quedaron aislados MAREA y los que se abrieron del apoyo al gobierno. tres la oposicion a pesar de la movilizacion mostraron una altisima desorganizacion interna. y contradicciones. cuatro el chavismo sigue guiado por una direccion pragmatica y cinco los socialistas somos aun muy debiles y debemos acelerar nuestras tareas para agrupar y darle perspectivas con una teoria, una política y una organizacion capaz de superar las proximas batallas
Juan Carlos Navarro Hernandez:
generar procesos de politización en todo espacio, con intención formativa muy meticulosa y asimétrica, dependiendo del espacio.
Ya mi grupo y yo estamos en eso, lo estamos haciendo desde las bases de la prosucción por medio del aprendizaje y desde lo educativo.
Les paso las reflexiones de un pana; Ayer hubo varios elementos destacados. Por orden de importancia, la oposición por primera vez en los ultimos 14 años logra tomar la calle en forma masiva, dos, el chavismo se unifico en defensa del gobierno incluyendo los descontentos, quedaron aislados MAREA y los que se abrieron del apoyo al gobierno. tres la oposicion a pesar de la movilizacion mostraron una altisima desorganizacion interna. y contradicciones. cuatro el chavismo sigue guiado por una direccion pragmatica y cinco los socialistas somos aun muy debiles y debemos acelerar nuestras tareas para agrupar y darle perspectivas con una teoria, una política y una organizacion capaz de superar las proximas batallas
Juan Carlos Navarro Hernandez:
generar procesos de politización en todo espacio, con intención formativa muy meticulosa y asimétrica, dependiendo del espacio.
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